Tarde-noche de emociones la vivida ayer en los núcleos de La Herrería y La Ventilla con los homenajes póstumos a tres vecinos que en distintas circunstancias, nos dejaron hace unos años.
Con la presencia del alcalde, Francisco Javier Ruiz, los miembros de su equipo de gobierno, Quique González, Marta Montenegro, Sonia Rovira y Salvador B. Chacón, el portavoz de Jóvenes por La Colonia, Sergio García, y el portavoz del Partido Popular, Manuel Jiménez, se inauguró el primero de los dos monolitos en La Herrería, en memoria de Romualdo Díaz Castell.
Está ubicado en un pequeño jardín a la entrada de la aldea, junto a una de las estatuas del Simposium Internacional de Escultura. Numerosos vecinos y vecinas estuvieron presentes en el acto, así como una parte de la amplia familia de Romualdo, que falleció en abril de 2021.
Romualdo Díaz Castell nació en La Herrería en 1934. Se casó con Araceli Guisado Crespo, matrimonio del que nacieron nueve hijos. Fue siempre una persona involucrada en los movimientos sociales de su pueblo, siendo muchos años alcalde pedáneo.
Se crió en un molino guardando cochinos y haciendo de cochero para la hacienda. Sus padres fueron taberneros en La Herrería. Más adelante marchó a Ibiza con sus dos hijas mayores a trabajar en los hoteles. Hoy día, dos de sus hijos siguen viviendo en la isla balear.
Durante años se dedicó a sembrar plantas, cuidar, regar y mantener el Parque Pablo de Olavide para verlo hoy tal como lo podemos encontrar, un lugar de esparcimiento, ocio y tranquilidad para todos los vecinos y vecinas de La Herrería y la Colonia.
En 2018 Romualdo recibió la distinción de Mayor 4×4 de la Colonia por parte del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Fuente Palmera. Un nombramiento que reconocía la implicación, sacrificio y trayectoria personal y social de las personas mayores, valorando su hiperactividad a lo largo de su vida.
Monolito en memoria de José Antonio Martín Pistón
Seguidamente, las autoridades y asistentes pasaron al parque infantil situado junto al centro cívico de La Herrería, que ya tenía el nombre de José Antonio Martín Pistón, «El niño de Pepe», como se le conocía popularmente en el núcleo colono.
Sin duda, en el momento más emotivo de estos actos, el alcalde y los familiares descubrieron el monolito en memoria y homenaje de este niño que falleció en 2012 con tan solo 8 años después de estar luchando mucho tiempo contra una larga enfermedad.
Su hermana, Esther María, junto a sus padres, Pepe Martín Madueño y Guadalupe Pistón Sánchez, tomó la palabra para agradecer la celebración del homenaje y la presencia de los vecinos y vecinas en un parque que había sido adornado con globos de colores para este día tan especial.
Destacar que en el texto de la placa también se hace un reconocimiento «a todos los niños y niñas que día a día luchan por su vida con coraje, esperanza y valentía».
Homenaje a «Modesto, el del quiosco»
Por último, la comitiva municipal se desplazó hasta La Ventilla para inaugurar el último monolito de la jornada, en memoria de Modesto Fernández Lucena, más conocido como Modesto el del quiosco.
Unas 150 personas se acercaron hasta la Plaza Real para acompañar a la familia en este sentido homenaje, concretamente en el lugar donde se ubicaba el quiosco que regentaba este entrañable vecino, fallecido en junio de 2011, donde se ha colocado el monolito.
En este sentido, hay que recordar que en agosto de 2020 más de 500 vecinos firmaron una petición destinada al Ayuntamiento para que se le dedicara una calle, plaza o parque en La Ventilla. Noticia que fue recogida por este periódico.
Modesto Fernández Lucena fue una persona que destacó por su fortaleza ante la adversidad, su capacidad de lucha y su buen hacer tanto profesional, como personal.
Realizó su labor de quiosquero en La Ventilla desde los 32 años, momento en el que una discapacidad física le obligó a buscar nuevas posibilidades de trabajo, hasta los 70, cuando se jubiló.
Al principio comenzó vendiendo golosinas por las calles del pueblo con su carro de madera y después los vecinos le construyeron un quiosco en la plaza para su comodidad.
En esos casi 40 años trabajó a diario para atender a un público de todas las edades, siempre con una sonrisa, con la mayor de las atenciones y el trato más humano. Demostró que las dificultades se enfrentan con positivismo, entereza y valentía. Se convirtió en un referente para todos, especialmente para los más pequeños, e hizo de su quiosco un lugar de encuentro para niños, niñas y familias.
Modesto fue un fiel testigo de varias generaciones, vivió feliz en su entrega diaria y agradecido por el cariño y la acogida de todos sus vecinos.
Ayer se hizo realidad el deseo de familiares y vecinos con la inauguración del monolito en su memoria. De hecho, la placa comienza diciendo «Homenaje del pueblo de La Ventilla a D. Modesto Fernández Lucena».
Su mujer, Araceli Requena García, sus hijos Fernando y Araceli, algunos de sus nietos y otros familiares estuvieron presentes en el acto, recibiendo el afectuoso saludo de los vecinos y vecinas de La Ventilla.
