Socias, socios, vecinos y vecinas de Silillos y de otros núcleos de La Colonia se han dado cita esta tarde en el núcleo colono para participar en la concentración de repulsa de la violencia machista en la que se ha leído el manifiesto de las diputaciones andaluzas y se ha guardado un minuto de silencio.
Este acto culmina la programación sobre el 25N llevada a cabo por el colectivo de mayores de El Tamujar, la cual ha consistido en una campaña de difusión en redes sociales y medios de comunicación y en un taller de manualidades en el que se han confeccionado, por ejemplo, los lazos morados que se han lucido en la concentración.
El educador social de El Tamujar, Jesús Alinquer, ha dado las gracias por la asistencia comentando que ojalá no hubiera que reunirse cada año por esta causa y que se erradique la violencia de género.
En la lectura del manifiesto se han trasladado algunos datos realmente graves. Según la ONU, cada once minutos es asesinada una mujer o niña a manos de su pareja o algún miembro de su familia, y se sabe que otras crisis, desde la pandemia hasta las perturbaciones económicas, no hacen más que aumentar las agresiones físicas y verbales.
Las mujeres y las niñas también son objeto de la violencia en Internet, del discurso de odio misógino, el acoso sexual, la pornografía de venganza y la coerción sexual por depredadores.
Cuando todavía no ha acabado el año, en España se ha superado ya el número de mujeres asesinadas con respecto a 2022. Andalucía es la comunidad autónoma con más asesinatos, 16 mujeres, destacando como muy preocupante la incidencia de estos crímenes y la violencia de género en nuestros municipios.
La perduración de determinadas tradiciones en la sociedad rural propicia un mayor grado de normalización y dificultad en el reconocimiento de las conductas machistas, lo que limita las denuncias. A ello hay que sumar otros factores como aislamiento y dispersión de los recursos, la ausencia de anonimato, el miedo al estigma, a ser señaladas y culpabilizadas.
Todo nos lleva a considerar que en las zonas rurales, las mujeres víctimas de la violencia de género, tienen mayores dificultades para salir de la violencia y recuperar su vida.
Es preocupante la tendencia de la violencia de género a aparecer cada vez en edades más tempranas, tanto en víctimas menores de 18 años como en agresores, según el INE. A este dato se une el que cada vez son más los jóvenes que la niegan y no reconocen a los agresores como tales, uno de cada cinco chicos entre 14 y 29 años.
Además, las agresiones sexuales cometidas por y sobre menores se han incrementado en casi un 50% respecto al año anterior. Esta tónica ascendente es constante, con el riesgo del mal uso de herramientas digitales como las redes sociales o la posible carencia de una adecuada formación afectivo sexual.
Junto con la respuesta institucional y las organizaciones de mujeres, ahora más que nunca, se necesita el apoyo de las personas que forman parte del entorno cercano de las víctimas, que suelen conocer si una mujer sufre violencia de género.
Su intervención es esencial para que pueda salir de ella. Amistades, vecindario, familiares cercanos, compañeros y compañeras de trabajo y estudios, demasiadas veces observan en silencio estas agresiones.
El manifiesto concluye con la inclusión de un compromiso de las ocho diputaciones andaluzas por incrementar los esfuerzos en el ámbito rural, proporcionando recursos de prevención, asistencia, acompañamiento y protección a las víctimas en los municipios. Del mismo modo, se comprometen a contribuir a la prevención de la violencia de género en edades tempranas, así como a mejorar la detección y atención a las nuevas formas y manifestaciones de la violencia.
Desarrollar medidas de prevención y atención desde la perspectiva de la interseccionalidad; sensibilizar y hacer un llamamiento a toda la sociedad para que muestren su compromiso y colaboración en la lucha contra la desigualdad de género; apoyar a las asociaciones de mujeres implicadas en los retos feminista y profundizar y reforzar la colaboración público-privada contra las violencias machistas se incorporan como compromisos en el manifiesto.
