En muchas ocasiones, las segundas ediciones de los eventos son una auténtica prueba de fuego. Normalmente, las primeras atraen, además de por el contenido, por el simple hecho de ser algo nuevo. ¿Qué es esto de La Colonia al freskito?, nos preguntábamos el año pasado. Púes la Plaza Real se llenó para disfrutar de esta iniciativa.
Ayer, en la misma fecha, con ferias en la comarca (La Carlota y Écija) y algunas bodas en La Colonia, el público volvió a responder en una velada que fue de menos a más.
Más de trescientas personas pasaron anoche por este variopinto festival engendrado y parido en la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Fuente Palmera. Varios estilos musicales sobre las tablas y un espectáculo coplero-teatral que puso la nota de humor al evento. Y qué decir de la barra, por momentos más llena que el propio patio de butacas, a beneficio de la Hermandad de la Purísima Concepción de Fuente Palmera, que se lo curró y se vio desbordada en algunos instantes. Bendita bulla.Por tanto, La Colonia la Freskito repite éxito, esta vez con mayúsculas por la nutrida representación colona.
No sólo se trata de una oferta de entretenimiento, sino de un medio para dar visibilidad a grupos y artistas locales. Que sean profetas en su tierra.Pasadas las 9.30 de la noche y con la noticia de que se caía del cartel el combo carloteño Hábikas Rock, prevista su actuación en penúltimo lugar, abrió el festival por cuestiones de agenda el grupo de Fuente Carreteros, Los Xipitifláuticos, que luego tenía trabajo en una boda en Peñaflor. Son una formación compuesta por cinco amigos que vio la luz hace cuatro años. Su objetivo no es otro que pasarlo bien y hacer disfrutar a aquellos que escuchan sus versiones, que abarcan estilos musicales diferentes, desde flamenco fusión hasta rock. Sus integrantes son: Morales, a la batería; Toni, guitarra solista; Emilio, guitarra de acompañamiento; Esteban, al bajo; y Samu, la voz cantante. Ayer nos ofrecieron varios temas de grupos como Los Delincuentes, Estopa, Bombai, Atacados y una versión muy suya del archiconocido Despacito de Luis Fonsi.
A continuación llegó el turno del cantautor Francisco Javier Vera Díaz, El Vera. Por sus venas corre sangre colona, ya que es nieto de Juan Díaz Rodríguez, «Juanito el herraor». Se define como un artista multidisciplinar. Sus textos han sido premiados en diferentes revistas y antologías, y es coautor del musical Herederas y del libro/disco Nanas a Córdoba. Ha sido premiado en diferentes concursos como el Certamen de Monólogos del Rincón de La Victoria, el Tú si lo vales de Pozoblanco o el Consumo Humor de Madrid. Todo esto le ha llevado a actuar en teatros y salas tan importantes como la Galileo Galilei o el Café Libertad 8 de Madrid.
Siempre inmerso en diferentes proyectos socioculturales, en 2015 publicó su primer EP como solista, titulado Hablar por hablar, y en marzo del próximo año tiene previsto el lanzamiento de su siguiente álbum.Seguidamente subió al escenario Salvador Anaya y su cuadro flamenco. El cantaor cordobés lleva trece años en la profesión y ha tenido la oportunidad de compartir tablas con artistas de la talla de Miguel Poveda, Daniel Navarro, Rafael Rodríguez «Merengue de Córdoba» y Rafael del Pino, entre otros muchos. Le acompañan Jesús Alamillos a la guitarra y su hermano José Carlos a la percusión. En esta ocasión, también vino acompañado por un violinista. Y es que Salvador Anaya impregna al flamenco de estilo propio y pinceladas innovadoras.
Ya en una anterior actuación en Fuente Palmera, en la pasada Feria de la Boda, se trajo un piano para ofrecer su espectáculo. De hecho, ayer irrumpió con La Leyenda Del Tiempo de Camarón. Salvador Anaya cautivó al público con su arte y lo levantó de sus asientos al final de su actuación.La velada fue in crescendo a partir de la actuación del cantaor cordobés, que dio paso al Centro Dramático Andaluz de Málaga, que nos ofreció la obra de teatro «De la copla a los Quintero». Para entonces la Plaza Real registraba su pico más alto en cuanto a afluencia.
Los malagueños nos presentaron una comedia simpática, desgarradamente andaluza, divertida e ingeniosa, basada en un entremés de los hermanos Álvarez Quintero llamado «Ganas de reñir». Una historia donde el gracejo, las carcajadas y las canciones se funden con las escenas; la discusión y el conflicto más absurdo con la reflexión, todo ello protagonizado por Rogelio y Martirio. Además, el atractivo caballero consiguió seducir a dos mujeres del público para que participaran en la obra y subieran al escenario.El Centro Dramático Andaluz de Málaga comenzó su andadura en enero de 2011 presentando el espectáculo Poeta y Mendigo, una obra de R.J. Wolfis con la que realizaron 56 representaciones en cuatro comunidades autónomas distintas. Además, han creado un taller de guitarra española y flamenca en Málaga y trabajan el folclore teatral, introduciendo ópera en algunas de sus obras, caso de Susurros y Caricias.
Con el buen sabor de boca del teatro, llegó una de las actuaciones más esperadas de la noche, la de la cantaora cañetera Rocío Luna, que empezó su recital con un cante por tangos y unas rumbas de Rocío Jurado, acompañada a la guitarra por José María Lorite «El Macareno». A estas alturas casi no es necesario presentar a Rocío, que desde que subió a un escenario con siete años, no ha parado. Proveniente de una familia sin raíces flamencas, tiene claro que el cante es su camino, pero eso sí, sin abandonar sus estudios. Ha tenido al suerte de recorrer toda España y en todas partes es respetada. Aglutina multitud de premios de certámenes y concursos de prestigio, como el Melón de Oro del Festival de Lo Ferro (Murcia), siendo la cantaora más joven en ganarlo, con tan sólo doce años. Rocío Luna ofreció una buena dosis de su esplendor y desgarrador cante, ganándose la aclamación del respetable, que la despidió de pie y con una gran ovación.
Para entonces el reloj del Ayuntamiento casi marcaba las dos de la madrugada. La temperatura pasó del freskito a algo más serio y se empezaron a ver las primeras rebecas, chaquetas y jerseys de la temporada. Pero ahí estaba Alcazaba Rock para dar calor y poner el broche de oro a la velada. La legendaria banda colona, inmersa en su último proyecto musical: el tributo a Triana, interpretó un buen ramillete de temas de la mítica formación andaluza, sobre todo del primer trabajo discográfico, El Patio, como En el lago o Abre la puerta, terminando con el tema que da título a su segundo álbum, Hijos del Agobio, después de que el público les pidiera cantar la última.
El año que viene se cumplirá el 50 aniversario de la fundación de Alcazaba Rock, cuyos orígenes se remontan a 1968 bajo la denominación Takix, donde figuraban dos de los actuales componentes: Eusebio De la Rosa (teclados) y Antonio Garrido (batería). Junto a ellos siguen otros antiguos componentes y naturales de Ochavillo del Río como Antonio Sánchez (bajo) y Rikardo González (voz), completando el combo Rafael Estévez (guitarra española) y el colono Juan Balmón (guitarra solista). En 2018 esperan volver a Fuente Palmera para celebrar tan marcada efemérides. Alcazaba Rock demostró ayer la fuerza de su directo, que siguen estando en forma y que el homenaje al rock andaluz no tiene fecha de caducidad.
El Ayuntamiento de Fuente Palmera, de manos de su concejal de Cultura, Quique González, entregó una placa conmemorativa del II Festival «La Colonial al freskito» a cada uno de los artistas participantes, además de al presentador del evento, el joven Antonio Bolancé.