Definimos soberanía alimentaria como el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades.
¿De dónde procede el concepto de soberanía alimentaria?
El concepto de soberanía alimentaria fue desarrollado por La Vía Campesina y llevado al debate público con ocasión de la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1.996, y ofrece una alternativa a las políticas neoliberales, desde entonces, dicho concepto se ha convertido en un tema mayor del debate internacional.
¿Cómo llegar a tener una soberanía alimentaria?
Luchando para cambiar las políticas públicas que gobiernan nuestro sistema alimentario a nivel local, nacional, europeo y global y evidenciando la ilegitimidad del poder corporativo. Promoviendo políticas en favor de sistemas alimentarios basados en el respeto al derecho a la alimentación. Prohibiendo la especulación alimentaria y el acaparamiento de recursos como la tierra y el agua. Reclamando el derecho a la tierra y las semillas y el resto de los bienes comunes. Oponiéndose a la mercantilización y las patentes de los bienes comunes como son la tierra, las semillas, el agua, los árboles, los bosques, el aire y el conocimiento. El acceso a estos bienes no debe de estar determinado por los mercados o por el capital. Cambiando la manera en que se producen y consumen los alimentos. Creando sistemas de producción alimentaria que proporcionen alimentos seguros y saludables para todas las personas y que, a la vez, mantengan la biodiversidad y los recursos naturales. Esto requiere modelos ecológicos de producción y pesca, y que haya una gran cantidad de campesinos y campesinas, personas que cultivan huertos urbanos y pescadores y pescadoras artesanales que produzcan alimentos locales como base del sistema alimentario. Cambiando la forma en la que se distribuyen los alimentos. Promoviendo mercados locales diversificados basados en la solidaridad y en precios justos, y en acortar los canales de distribución, intensificando las relaciones entre personas productoras y consumidoras, en redes locales que pongan freno a la expansión y el poder de las grandes superficies de distribución. Mejorando las condiciones sociales, el trabajo en el sistema agrario alimentario y luchando contra la explotación y la degradación de las condiciones sociales y laborales y por los derechos de todas las mujeres y hombres que trabajan en el campo, así como los de aquellas personas que trabajan en el procesado, la distribución y la venta de alimentos.