La Semana Santa volverá a la normalidad tras dos años de pandemia, con las imágenes procesionando en las calles de Fuente Palmera. Dos años que también ha tenido que esperar la pregonera, Rafaela Díaz Vidal, que en marzo de 2020 vio como el mundo se paraba y con ello el reencuentro con su pueblo desde el púlpito de la parroquia.
Ahí precisamente comenzó este sábado el acto de presentación de la Semana Santa 2022, por medio de Mari Carmen Caraballo, hermana mayor de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre, hermandad que coordina este año los actos relacionados con la Semana de Pasión, organizados por la Junta de Hermandades y con la colaboración de la Parroquia de la Purísima Concepción y el Ayuntamiento de Fuente Palmera.
Tras el saludo a los párrocos, José Antonio Valls y Miguel Ramírez, así como a las autoridades y miembros de las hermandades, Caraballo se refirió a estos dos años tan difíciles, de «días de ansiedad y fragilidad de la vida», que continúan convulsos actualmente, recordando que «somos Iglesia y seguimos aquí». También agradeció la colaboración del Ayuntamiento y de la Diputación de Córdoba para hacer realidad el cartel y dio paso al nieto de la pregonera, Álvaro, que fue el encargado de presentar a su abuela.
Rafaela Díaz Vidal nació y se crió en la calle Méndez Núñez, nieta de Encarnación «La Grilla», apodo por el que se conoce a su familia. Una familia humilde, forjada en la fe católica. Rafaela trabajó desde pequeña, al igual que sus hermanos.
Su pregón, uno de los más extensos que se recuerdan de los últimos años, tuvo un marcado carácter popular. Agradeció en primer lugar a su pueblo que se acordara de ella para ostentar este honor, a las tres hermandades de Pasión, haciendo referencias a sus imágenes. También a la patrona, a cuya Hermandad pertenece.
Rafaela hizo un repaso por toda su infancia, destacando aquel ambiente entrañable y tan humano que se creaba entre la vecindad, a quien consideró como su familia. Rafaela recordó especialmente las ofrendas florales del mes de mayo a la Virgen María, con momentos inolvidables en la parroquia.
La localidad sevillana de Mairena del Alcor la acogió maravillosamente hace 44 años, donde se estableció con su marido, también colono, y formaron su familia, una familia muy cofrade.
Cuando le preguntan qué Semana Santa es su preferida, Rafaela lo tiene claro y se emociona, «la más especial es la de mi pueblo». Mencionó la obvia grandiosidad de la Semana Santa de Sevilla, y también destacó la de Mairena del Alcor, «pero de la única que reconozco sus imágenes si me ponen una foto delante desde diferentes perfiles, es la de Fuente Palmera; en ella he pasado buenos y malos momentos; sin procesiones de lujos, el cariño que se le pone y el ambiente familiar no tienen parangón».
Además, resaltó una tradición colona excepcional, la de «las mujeres en Semana Santa, con esas costaleras de la Virgen de los Dolores que son dignas de admiración, saliendo dos días seguidos para que la Virgen no deje solo a su Hijo».
Rafaela hizo referencia a la juventud que protagoniza la procesión del Santo Sepulcro y tuvo un sentido recuerdo hacia Loli Dugo, «devota del Nazareno, que se nos fue tan joven y no ha habido otra igual». Su abuela, su madre y otros familiares no faltaron en su emotiva exposición.
Como no podía ser de otra manera dedicó un buen espacio a su Hermandad del Stmo. Cristo de la Sangre, hablando de su fundación y de algunas de las personas que estuvieron y están al frente de la misma, desde Antonio «el cantarero», Miguel «el panadero», Teófilo Gamero, Fernando Pistón, Manolo «Carrolo», Machuli y toda la familia «Carrolo o ahora como hermana mayor, Mari Carmen Caraballo, primera mujer que ostenta el cargo.
Descubrimiento del cartel
A la finalización del pregón, Mari Carmen Caraballo y el alcalde de la Colonia, Francisco Javier Ruiz, descubrieron el cartel, obra del vecino y miembro de la Hdad. del Stmo. Cristo de la Sangre, Javi Adame Moro. La imagen portentosa del Cristo, con un primer plano del rostro y del costado derecho, fue tomada en el interior de la parroquia, delante del altar.
A continuación, Rafaela Díaz recibió de parte de la Hermandad una réplica del cartel enmarcada. También se le obsequió con una pequeña figura de un nazareno con la vestimenta blanca y roja de la Hermadad del Cristo. El acto concluyó con los abrazos y muestras de cariño hacia la pregonera, que confesó haber vivido uno de los mejores días de su vida.