El ser humano parece aprender a base de golpes, y si no es así, no se crece. Por tanto, es necesario poner calma y tranquilidad a las informaciones y sobre todo a las opiniones, porque muchas veces pueden estar equivocadas.
Visto lo ocurrido debemos recordar que lo que ocurrió en Francia es algo que venía ocurriendo en Siria, por lo tanto, no hay que cerrarse a que vengan refugiados, sino a combatir que ellos tengan que huir de su tierra, porque si no, seremos nosotros los que tengamos que salir corriendo y buscar asilo en otro lado.
Visto lo ocurrido no hay que pensar en un nosotros y ellos, no se trata de bandos divididos por colores, religiones o sentimientos. Se trata de un choque entre civilización e incivilizados, y debemos pensar en cómo poner fin. Fin no es a través de un bombardeo, como el que esta noche ha tenido lugar sobre Siria, porque volvemos a la antigua historia, volvemos al ojo por ojo.
La lucha no es contra el Islam, sino contra los radicales, contra los terroristas. Los musulmanes, los creyentes del Islam no tienen culpa de que se use la religión como justificante; del mismo modo en que cuando se cometían crímenes en nombre de la Iglesia, tampoco todos los cristianos tenían culpa. Tampoco es por territorios, porque a caso todo el que vive en el País Vasco es culpable de lo que haya hecho ETA. No son países, no son religiones, son seres humanos.
Cuando se pisan los derechos, cuando se coartan las libertades, cuando el estado democrático se rompe o se deja en el olvido, es cuando poco a poco se va alentando los comportamientos negativos. No podemos olvidar, sino que tenemos que hacer que más gente sepa que este es un mundo de seres humanos. Que debemos de ser todos los que luchemos contra las injusticias, y no los que demos fuerza. No podemos dar lo que se busca, no podemos cerrar la puerta a los refugiados que escapan de lo que nosotros hemos sufrido un día, pues es lo que ellos quieren. Tal y como informaba, eldiario.es el pasaporte encontrado perteneciente a un refugiado, era falso, por tanto, buscaba incriminar a un refugiado para generar odio.
Un odio que lo único que consigue es hacer que la gente no crea en la humanidad, y por tanto, se vuelva al lado radical, y busque la lucha contra aquellos que los echaron. Debemos devolver y enseñar valores. Debemos creer y permitir que la gente desarrolle su forma de ser. No podemos olvidar a los que sufren, por el mero hecho de no ser de nuestra Europa, ya que recordemos, esto es la Unión Europea, y no la desunión europea.
Anoche el periodismo buscaba darle otro enfoque a la historia. Jordi Évole y su Salvados abrían los ojos al mundo que no quería ver más allá de nuestras fronteras. Quería demostrar que los esfuerzos de Europa, no solo son insignificantes –el número de refugiados que acoge Europa es insignificante con lo que acogen los países limítrofes con Siria-, sino que buscan alejar de nosotros a aquellos que buscan alejarse del peligro. Todos luchamos contra las mismas personas, debemos de hacerlo juntos.
Ana Pastor buscaba darle datos, y dar testimonios. Surgía el de un imán de Barcelona, el cual nos servía para ver que la lucha es de todos contra los mismos, la religión no debe usarse como diferencia. Cada uno es libre de creer o no creer, pero todos somos merecedores de unas libertades y unos derechos que nada ni nadie puede pisotear.
Por tanto, no cerremos la mente, no nos tapemos los ojos. Abramos el corazón, pongamos bien los oídos, y sintámonos como un pueblo unido por todo el mundo. Que cada uno, desde su parcela, haga lo posible por contrarrestarlo. Que se deje de financiar a países que financian terrorismo. Que se deje de matar por cualquiera de las sinrazones posibles. Que se deje vivir en un mundo tranquilo y humano.
