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La Escuela Municipal de Música mantiene el centenar de alumn@s para este curso

La Escuela Municipal de Música mantiene un número de alumn@s similar al del curso pasado, en torno al centenar. Se han producido algunas bajas por diversos motivos, entre ellos el miedo a la pandemia, sus consecuencias económicas o que algunos alumn@s ya por edad lo han dejado, pero también hay nuevas inscripciones y una vez empezado el curso se siguen recibiendo solicitudes porque aún queda alguna plaza libre en casi todos los grupos.

Ana Isabel Melgar lleva cuatro años como profesora y este curso también es la coordinadora. Ella nos expone cómo está siendo este inicio de curso, uno más en el que la Escuela Municipal de Música está gestionada por el Instituto Gabou. Después de un mes de clases no hay reseñar ninguna incidencia.

La oferta formativa abarca Iniciación Musical (de 2 a 7 años) y a partir de esta edad la llamada Formación Básica, donde se complementa el lenguaje musical con la práctica de un instrumento, que puede ser piano, violín, guitarra, percusión, trompeta, flauta, clarinete y saxofón, además de canto.

Por otra parte, la Escuela también tiene formación para adultos sin límite de edad. En este caso, cuentan con el Coro de la Asociación de Mayores San Isidro Labrador, aunque ahora mismo no está funcionando por motivos de prevención, existiendo así 20 plazas disponibles.

El horario es de lunes a viernes de 4 a 9 de la tarde y las clases se siguen impartiendo en dos aulas de la Casa de la Memoria, una en la primera planta y otra en la planta baja. Por el momento, ambos espacios solo están siendo utilizados este año por la Escuela de Música.

Protocolo

Respecto a las aulas, cada alumn@ tiene su zona específica separada del resto donde realiza todas sus actividades. Al igual que en el colegio, a partir de los seis años la mascarilla es obligatoria, aunque algunos más pequeños también la traen puesta. Como nos dice la coordinadora, “esta norma se está cumpliendo a la perfección y nosotros tenemos mascarillas de repuesto por si hiciera falta”.

Sobre el uso de los instrumentos de viento, está totalmente prohibido que se compartan entre alumn@s y tampoco son usados por el profesor o profesora. Cada niñ@ cuenta con el suyo, unos son de propiedad y otros son de alquiler de la escuela.

Las clases tienen de ratio diez alumn@s y en ningún grupo se supera esta cifra para que así haya más distancia interpersonal.
En cuanto a los accesos a las instalaciones, el protocolo consigue evitar el cruce de alumn@s. En primer lugar, las madres o padres no pueden entrar al edificio y son los profesores quienes salen a recoger a los niñ@s. Se les toma la temperatura, quedando establecido que si alguno da más de 37,2 grados no entraría, y se desinfectan las manos en la puerta antes de dirigirse a cada clase. La puerta de entrada es la de la calle Del Rey y la de salida, la de la plaza. De esta forma no hay cruce ni aglomeración de alumn@s.

Como es lógico, las familias mostraron su preocupación a la hora de inscribir a sus hij@s y se interesaron por el protocolo de seguridad, que se les remitió una vez fue concluido por el Ayuntamiento y la Escuela. Ana Isabel destaca que “en todo momento hubo participación y una comunicación fluida con las familias”.

Una de las cuestiones, que ya venía de años atrás, fue el tema de la ventilación en la sala de la planta baja, que cuenta una puerta que da a un patio más la puerta de entrada. Se trata de una ventilación más bien escasa con respecto a otros espacios de la Casa de la Memoria, que además se reducirá cuando lleguen las bajas temperaturas y haya que cerrar esa puerta del patio.

La coordinadora señala que ya se ha planteado en otras ocasiones la posibilidad de cambiar la Escuela de ubicación, bien en otras aulas de la Casa de la Memoria o en otras instalaciones de la localidad. “Me consta que este asunto se está estudiando, pero mientras tanto nos tenemos que apañar y creo que el aula es lo suficientemente grande para acoger a diez alumn@s, como máximo”.

Formación durante el confinamiento

La Escuela Municipal de Música no paró durante los meses del estado de alarma, cuyo fin coincidió prácticamente con la fecha habitual de acabar el curso. Los profesores mandaron material audiovisual de ellos mismos tocando los instrumentos y dando explicaciones, y posteriormente los alumn@s les devolvían los vídeos ejecutando las instrucciones.

Es cierto que algunos alumn@s mantuvieron este feed back hasta final de curso, pero otros no tanto, bien por acumulación de tareas con las del colegio o porque preferían las clases presenciales. Lo que sí ha sido unánime es la mayor ilusión con la que han empezado este curso, nos indica Ana Isabel.

La Escuela también ha previsto unas pautas por si repitiese el confinamiento o si una clase tuviera que ponerse en cuarentena. En este caso, se darían clase online para que ningún alumn@ perdiera formación. Y si el afectado fuera un profesor o profesora, o bien se sustituiría o se echaría mano del formato online igualmente.

Descartadas las audiciones y el concierto de Navidad

Ahora mismo, todo lo que conlleve cierta aglomeración de alumn@s o de familias no está contemplado. Por tanto, el tradicional concierto de Navidad que tiene lugar en la iglesia es inviable a día de hoy.

No obstante, no se descarta realizar algún tipo de audiciones muy reducidas de manera trimestral, con grupos pequeños de alumn@s y a horas diferentes, con acceso muy controlado de algunos familiares.

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