Fue la panadera del pueblo, Amelia Castell, -cuya figura se ha recordado al cumplirse este 2022 diez años de su fallecimiento-, quien medio en broma medio en serio tuvo la iniciativa de arrojar un puñado de harina a sus vecinos, mucho menos dañina que la ceniza, una costumbre arraigada desde la misma colonización y derivada de la tradición católica por la que los fieles se colocan ceniza sobre la cabeza o la frente como signo de penitencia.
La Batalla de la Harina comienza muy temprano en Ochavillo. Es fiesta local y no hay colegio. Por ello, l@s niñ@s y jóvenes son los mayores protagonistas del combate, teñidos de blanco desde primera hora recorriendo calles y plazas. Aunque siempre están ahí los mayores para recordarles que no se arrojen la harina a los ojos.
Otro papel fundamental lo juegan un nutrido grupo de vecinas, que se encargan de alentar a los menores y de poner en marcha juegos populares como el corro, la cuerda o el del porrón. Hasta 30 botijos ha puesto a disposición la Entidad Local Autónoma, además de 150 kilos de harina, de los cuales una parte han servido para elaborar sopaipas gratis –acompañadas de chocolate- para todos los asistentes.
Se trata de una de las novedades de la presente edición, “con la que hemos querido animar a los vecinos a participar aún más después de un año de parón por la pandemia”, señala la presidenta de la ELA, Aroa Moro, “y lo hemos logrado con la ayuda de unas vecinas que siempre están dispuestas a colaborar”.
Asimismo, el típico arroz del mediodía ha tenido un carácter solidario. Se han vendido los platos a 1 euro para destinar la recaudación a la Asociación Española Contra el Cáncer y sumarla a lo obtenido con la marcha a pie celebrada el pasado 6 de febrero con motivo del Día Mundial contra el Cáncer.
Otro aliciente de la fiesta es la llegada de algunos emigrantes para estas fechas, como es el caso de un matrimonio de Valencia. Ella de Ochavillo del Río y él de Posadas, que no se han librado de impregnarse de harina, contagiándose del combate junto a l@s niñ@s.
En el horizonte queda la interrogante de si se abrirá de nuevo el debate del traslado de la Batalla de la Harina al fin de semana, pues la Entidad Local pretende potenciarla y atraer a más visitantes. En 2020 se planteó esta posibilidad con la idea de organizar un proceso participativo de opinión entre vecinos y asociaciones. Pero luego llegó la pandemia. Y en el regreso ahora de la fiesta a la calle no se ha optado por poner el asunto sobre la mesa, por lo que 2023 puede ser el momento de hacer la consulta.