Tampoco es que siempre tengas que estar triste al recordar. Se trata de mantener vivos los mejores momentos en tu cabeza. En todas las cosas que ahora haces con otras personas, esas pequeñas cosas que hacías con Ellos, que te enseñaron cuando eras pequeña o quizás ya no tan pequeña.
Recuerdo como las tardes de domingo se convertían en unas horas donde todos jugábamos a juegos como el Monopoli, el Bingo, el As de oros… (Como se liaban algunos con los palos), recuerdo perfectamente cuando llegaste tú (el primero en marcharte) a casa y nos diste aquel juego tan divertido que luego he comprado yo en tantas ocasiones. Lo que nos divertíamos lanzando los “donuts de colores”, como lo llamábamos nosotros, y conseguíamos que alguno entrase en el palo. Tengo grabada la obligación de dormir la siesta antes de bajar a la piscina y como para no hacer ruido jugábamos a las 4 en raya mientras los demás dormían….
En realidad tengo todos estos y muchos más recuerdos vivos, muy muy vivos. Ya que me enseñasteis a divertirme en familia, con vosotros “mis abuelos”, y aunque ya no estéis conmigo sigo jugando con todos los abuelos que puedo, ya que tengo la suerte de poder compartir mi tiempo con un montón de ellos y creo que conseguimos divertirnos casi casi como en familia.
Los juegos de mesa; no solo juegos, y menos cuando es en tu compañía
Los juegos de mesa son una combinación entre lo lúdico y lo didáctico, y en este punto radica su importancia.
El simple hecho de combinar palabras, establecer adivinanzas, hacer mímica, tienen grandes aportes a la construcción del intelecto y hacia la búsqueda de la salud mental.
Mantienen tu mente activa y aumentan tu capacidad de aprender. Desde los juegos de estrategia hasta los de azar, hay muchas opciones para elegir. La mayoría incluyen alguna clase de desafío que te hace pensar. Arrojar los dados ayuda con destrezas matemáticas como los cálculos. Con todos los juegos, aprendes a seguir indicaciones al respetar las reglas del juego. Puedes usar tu creatividad y desarrollar reglas nuevas para un juego familiar. Jugar con otras personas puede aumentar tus habilidades para comunicarte. Puedes aprender mucho acerca del carácter de una persona cuando juegas a algo con ella. También puedes aprender sobre los rasgos de tu propio carácter.
Y ahora piénsalo, ¿desde cuando no has jugado a las Damas, al Ajedrez, al Parchís, las Cartas, los Dados, al Dominó…? No sé, hay tantos, tengo tantas estanterías llenas de juegos y recuerdos. No lo dudes, un juego de mesa siempre será un buen regalo, PERO EL MEJOR REGALO SERÁ EL TIEMPO QUE COMPARTAMOS JUNTOS MIENTRAS JUGAMOS.