Las vivencias desde la niñez en el pueblo, en el campo, marcadas por el sentimiento de culpa de la educación judeocristiana y más tarde por la Transición es la esencia de ‘El niño y el tiempo’ (Sótano Ediciones, 2024), la ópera prima como escritor de José Antonio Lora Rubio (Almodóvar del Río, 1964).
‘El niño y el tiempo’ es, a lo largo de algo más de trescientas páginas de prosa poética, “un libro de vivencias, es biografía pura y dura. Cuento lo que me ha pasado. Evidentemente lo cuenta un niño, pero con los ojos de un adulto. Las vivencias son totalmente las que tuve de niño. Y esas vivencias, por un lado, son luces. Al final se han convertido en luces, pero en su momento hubo sombras, hubo sombras intensas, dolorosas”.
Así describía en una entrevista con EFE Lora Rubio la experiencia que plasma en la nueva obra de la editorial cordobesa Sótano Ediciones que parte de su pueblo natal de Almodóvar del Río, donde está “mi adolescencia, la huerta” y en Palma del Río, donde reside en la actualidad y “hablo del Instituto, de los grupos que se crearon, de lo que era la amistad, la lectura, que era como un descubrimiento, era descubrir el mundo”.
El libro, que está siendo todo un éxito de ventas y ya va por la tercera edición, se ha presentado en la tarde de este jueves en Fuente Palmera. El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Fuente Palmera ha hecho de anfitrión, animando a colaborar con los autores y las editoriales.

También ha participado Rafa Moya, vecino de Hornachuelos y responsable de Sótano Ediciones, una nueva editorial que apuesta principalmente por escritores de la comarca. Sobre José A. Lora ha señalado que domina perfectamente la poesía y la narrativa, jugando con las palabras y ofreciendo una labor didáctica al mismo tiempo en el libro.
El autor ha comentado que “el libro es producto de mi generación y de mi tiempo”, marcado por la Transición, aunque “no es un tema central, evidentemente, pero está ahí porque yo soy producto de una educación judeocristiana y a mí eso me ha generado, por mi propia sensibilidad, por mi manera de ver el mundo, unos sentimientos de culpa”.
Esto porque “la idea del pecado la teníamos tan incrustada que, claro, a un niño le hace un daño enorme porque le estás haciendo que viva cualquier experiencia y sobre todo, cuando el cuerpo le despierta, el niño lo vive como algo que es un pecado, como algo extraño, malo”.
Durante la presentación, autor y asistentes han entablado un diálogo, intercambiado opiniones y leído algunos extractos y poemas del libro. Como colofón ha dedicado varios ejemplares y el Ayuntamiento le ha hecho un obsequio, con la presencia de la concejala de Hacienda, Sonia Rovira.