La industria farmacéutica es un sector empresarial dedicado a la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales para el tratamiento y también para la prevención de las enfermedades. Un sector que debería ayudar a curar las enfermedades y dar vida a las personas, se ha convertido en un negocio millonario pero a costa de….
Para que nos podamos hacer una idea debemos saber que el mercado farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o de las telecomunicaciones. Por cada dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de ganancia. La globalización le ha permitido maximizar sus beneficios ya que compran las materias primas en los países donde son más baratas (países en vías de desarrollo), instalan sus fábricas en donde las condiciones laborales son más ventajosas y venden sus productos fundamentalmente en los países donde la población tiene mayor poder adquisitivo y los servicios de salud están más desarrollados.
Un ejemplo lo tenemos en algo que es increíblemente maligno: pongamos por ejemplo «Novartis», pues tiene a su cargo “inventores de enfermedades” que se dedican a cambiar los parámetros y que nos hacen creer que el nivel alto de colesterol es un factor de riesgo para algunas enfermedades y claro, ellos nos presentan y venden el medicamento para controlar el colesterol “malo”. Pero lo que no nos dicen es que mantenerlo a nivel bajo no garantiza que no se pueda tener la enfermedad.
Entre sus estrategias:
1.- Explotan al máximo los medicamentos en forma de monopolio y en condiciones abusivas que no tienen en cuenta las necesidades objetivas de los enfermos ni su capacidad adquisitiva.
2.- Reducen la investigación de las enfermedades que afectan principalmente a los países pobres, porque no son rentables, mientras se concentran en los problemas de las poblaciones con un alto poder adquisitivo, aun cuando no se trate de enfermedades (como la proliferación de “medicamentos” antienvejecimiento).
3.- Fuerzan las legislaciones nacionales e internacionales para favorecer sus intereses, aunque sea a costa de la salud y la vida de millones de personas.
Peter C. Gøtzsche, médico danés que durante 30 años ha trabajado en ensayos clínicos y regulación de medicamentos para varias farmacéuticas, afirma con rotundidad que la industria farmacéutica está corrompida hasta la médula, extorsiona a médicos y políticos, y mantiene enormes beneficios a fuerza de medicar innecesariamente a la población. Declara: «Es una corrupción de largo alcance. Todo el proceso por el que nuestros medicamentos son investigados, aprobados y recetados ha sido corrompido. Esto implica manipular los datos científicos, pero también comprar a casi cualquier persona que pueda tener influencia en el sistema, incluidos los ministros de salud».
