La profesión de periodismo te regala, de vez en cuando, experiencias increíbles que te embargan de emoción. Este reportaje bien podría ser uno más sobre turismo o cultura, con la peculiaridad relevante de que una familia italiana visite Fuente Palmera.
Pero en realidad se trata de una historia de amor, de nostalgia, de recuerdos, de alegría y de tristeza al mismo tiempo. Del amor de un hermano, de una madre, de una familia a una gran persona y a su legado artístico y humano.
Alessandro Perfigli fue un escultor italiano que participó en el II Simposium Internacional de Escultura Carlos III de Fuente Palmera celebrado en 2001. Tenía 24 años y un futuro muy prometedor por delante. Obtuvo el tercer premio con su obra «Homenaje a Andreu Alfaro», la cual está ubicada a día de hoy en el Parque Hermanos Carmona Pistón.
Y decimos fue porque Alessandro falleció en 2012 a causa de un cáncer. Tenía 34 años. Ni siquiera pudo saber que su único hermano iba a ser padre, pues una semana después del fallecimiento se conoció el embarazo de la mujer de Nicola.
Fue un golpe durísimo para toda la familia, que en estos 11 años no ha dejado de interesarse y poner en valor la herencia artística del escultor de Carrara, un pueblo de la región italiana de la Toscana, centro de una importante industria marmolística.
Alessandro Perfigli (izda.) con su obra en 2001
Nicola ha viajado a varias zonas de Europa para conocer las esculturas que su hermano creó en diferentes concursos y exposiciones. Hace unos meses se puso en contacto con nuestro periódico vía mail para preguntarnos sobre la escultura que Alessandro realizó en el Simposium de Fuente Palmera.
Al contestarle que la obra estaba localizada y además en óptimas condiciones gracias al proyecto de recuperación impulsado por el Ayuntamiento de Fuente Palmera, su alegría fue inmensa y no dudó en confirmarnos que en verano vendría a España de vacaciones con el firme objetivo de verla, tocarla, sentirla y disfrutar de otro recuerdo más de su hermano.
La visita
Dicho y hecho. El pasado 15 de agosto Nicola, su mujer y su hija, llegaron a Fuente Palmera y tras hospedarse en el hotel lo primero que hicieron fue ir al Parque Hnos. Carmona Pistón -justo al lado- a ver la escultura.
Un rato después recibieron la visita del concejal de Cultura, Quique González, que les dio una bienvenida muy calurosa agradeciendo su interés por venir desde Italia para conocer el municipio, su historia y en concreto, todo lo que rodea a los simposium de escultura que se celebraron a principios de siglo, pues fueron tres ediciones (2000, 2001 y 2003).
También les contó que la recuperación de las esculturas es muy reciente, siendo lo más destacado su limpieza, el pedestal de acero corten y la placa identificativa. Seguidamente hicieron una pequeña ruta por las esculturas ubicadas en la zona del Bulevar. De hecho, Nicola es arquitecto y tiene ciertos conocimientos en la materia.
Al día siguiente disfrutaron de una recepción en el Ayuntamiento de Fuente Palmera por parte del alcalde, Francisco Javier Ruiz, y del concejal de Cultura, que les obsequiaron con varios artículos y recuerdos del municipio.
Para finalizar visitaron algunos enclaves históricos, como la Plaza Real donde se detuvieron en el azulejo de los apellidos colonos de la fachada de la Casa de la Memoria, interesados por conocer los apellidos italianos y por la singular historia de la fundación de La Colonia de Fuente Palmera.
En la calle Portales observaron algunos de los comercios del sector nupcial y Quique González les explicó porqué Fuente Palmera es el Pueblo de las Novias. Asimismo se quedaron maravillados con los preparativos y decoración con motivo de la Feria Real, que empezaba esa noche.
En la despedida, Nicola expresó varias veces su enorme agradecimiento por la hospitalidad y por el acompañamiento a su familia que nunca olvidarán. Una experiencia que trasladó a su madre, la cual también le mostró su alegría por saber que en otro pequeño rincón del mundo permanece la huella creativa de su hijo Alessandro.
De hecho, la matriarca ha puesto un alfiler con el nombre de Fuente Palmera junto a la escultura en miniatura que conserva del Simposium de 2001, pues tanto ella como su marido -fallecido hace unos años-, acompañaron a Alessandro en su participación en el certamen de nuestro municipio. Esa réplica es igual a la que se halla en unas vitrinas en el hall del Ayuntamiento.
Por otro lado, hay que destacar que el legado y la memoria de Alessandro Perfigli siguen muy vivos en su tierra. Así, el próximo día 30 de septiembre se va a celebrar en su pueblo natal, Carrara, un homenaje y muestra personal de sus obras, bajo el título «Un maestro un artista un hombre».
Palabras del escultor en el Simposium
Nicola Perfigli ha tenido el detalle de enviarnos unas palabras que su hermano pronunció respecto a su participación en el Simposium, además de varias fotos que pueden ver en la Galería de Imágenes.
«Fue mi primer simposio, la emoción y la satisfacción de haber sido seleccionado entre tantos fue enorme, al igual que la tensión por poder terminar la escultura en los plazos establecidos. Estábamos veinte escultores de todas las partes del mundo, cada uno con sus propias culturas, tradiciones y fuertes personalidades. No tardé mucho en darme cuenta de que el simposio no estaba hecho solo de trabajo, sino de conocimientos, amistades e intercambios culturales desde muchos puntos de vista».
«Fuimos muy bien tratados por la organización, nunca nos ha faltado de nada, haciendo tanta publicidad con la llegada de muchos visitantes, organizando encuentros con fiestas populares, entrevistas en televisión y visitas turísticas por el territorio. Al final del evento, el jurado decidió los ganadores y obtuve el tercer premio».
Efectivamente fueron 20 los escultores seleccionados, aunque las solicitudes por participar alcanzaron las 86 dentro del plazo, más otras 6 fuera de él. Y pertenecían a 31 nacionalidades diferentes (Nueva Zelanda, Estados Unidos, Noruega, Sudáfrica, Perú, España, Japón, Laos, Turquía, etc., etc.).
Aquel segundo simposium se celebró del 22 de septiembre al 12 de octubre de 2001, teniendo un presupuesto de 15 millones de las antiguas pesetas. Junto a las otras dos ediciones el proyecto pretendía dotar a la Colonia de Fuente Palmera de un patrimonio artístico con la creación de un museo escultórico al aire libre que pudiera ser disfrutado por todos los vecinos/as y personas que visitasen nuestra localidad, dando a nuestro pueblo un atractivo cultural superior al que poseía.
Sin embargo, con el paso de los años las esculturas cayeron en el olvido e incluso muchas de ellas han permanecido tiradas en el suelo en la zona del Bulevar. Hasta que hace un par de años la Delegación de Cultura del Ayuntamiento emprendió su recuperación y restauración, con la intención además de crear una ruta turística en torno a las mismas.