«Tener duende» es una expresión -normalmente usada en el mundo del flamenco- que significa que una persona tiene encanto, atractivo, carisma o magia para atraer a otras personas. Anoche el «duende» lo tuvo Cañada del Rabadán, tanto o más que el grupo carpeño (El Carpio, Córdoba). Qué ambientazo!! Esa simbiosis público-músicos… un concierto con todas las letras.
Hacía tiempo que no veíamos esa plaza llena hasta la bandera, no cabía ni un alfiler… una plaza que es difícil de llenar porque se prolonga con el Paseo… además de la gente que se congregó en la zona de la barra. ¿En torno a 1500 personas? Seguro.
Qué alegría después de la larga agonía de la pandemia. Cuánta gente disfrutando, jóvenes y menos jóvenes, donde la música de verdad es la protagonista, donde todos los que se suben al escenario tocan. Esto es un concierto. Los demás son actuaciones de orquestas con música enlatada…pero bueno, eso es otro debate.
Cañada del Rabadán y su comisión de festejos han logrado el objetivo con creces. Las expectativas eran altas y se han cumplido. También ahora se ha puesto el listón muy alto. Porque hay que destacar igualmente lo del jueves, otro concierto, el de David Barrull, en un escalón por debajo de El Duende Callejero pero que alcanzó la finalidad de darle vida al primer día de feria y reunir también bastante público en la plaza.
En definitiva, todo un lujo disfrutar de artistas de este nivel a coste cero. La feria prosigue hoy en cuanto al escenario se refiere con las orquestas Pekado y Las Chicas de La Farándula. Entre medias (3.00 h.) el grupo de versiones Olivetti. Y para las 7 de la mañana l@s que aguanten recorrerán las calles junto a la charanga La Banda del Toro. Esto es La Cañá.