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‘A pie de campo’ con Rafael Reyes

Riegos La colonia patrocinio
Cultivo hidropónico
Rafa Reyes, en uno de sus invernaderos
La singularidad de los agricultores colonos vuelve a protagonizar una nueva entrega de ‘A pie de campo’. Hoy hacemos parada en Villalón con el empresario agrícola Rafael Reyes, que utiliza el cultivo hidropónico en dos de los tres invernaderos que posee destinados a tomate. También nos acompaña José Luis Adame, responsable del Área de Desarrollo del Ayuntamiento de Fuente Palmera, que colabora con esta sección del periódico.

Nacido y criado en Córdoba, pero de familia ventillera, Rafa Reyes es un emprendedor con mayúsculas del mundo agrícola, pues no empezó a trabajar en este sector hasta hace unos 12 ó 13 años. Su trayectoria laboral siempre estuvo ligada a la construcción, pero la crisis inmobiliaria de 2008 le llevó a acercarse poco a poco al campo.

Así, decidió hacerse cargo en Villalón de un invernadero que iba a dejar en desuso su suegro, el cual le enseñó todo lo necesario para echarlo a andar. Tiempo después montó otros dos invernaderos. Rafa tiró hacia adelante y confiesa que le gusta su trabajo, especialmente desde que implantó el método hidropónico, que es aquel que prescinde totalmente de la tierra para cultivar los alimentos.

En la actualidad se dedica exclusivamente al tomate, disponiendo de unos 6.000 metros entre tres invernaderos. Tiene uno con el sistema tradicional de siembra y los otros dos en hidroponía. Entre las ventajas que le reporta esta técnica, el no tener que preocuparse por las enfermedades que emanan del suelo y las raíces de la planta, así como que facilita bastante el trabajo en general.

Por ejemplo, le permite no tener que desinfectar durante un mes en verano entre una campaña y otra. También se siembra sin injertado y se aprovecha más el terreno habiendo cabida para más plantas por metro cuadrado. En definitiva, producir más con los mismos metros y sin interrupciones durante el año.

Las plantas se siembran en unos sacos que llevan un 70% de coco y un 30% de CHI, que es un porcentaje de drenaje para que se vayan lavando las sales y no se sature la raíz. El objetivo es ir regenerando las raíces para que la planta esté siempre sana y fuerte. Los sacos de coco se cambian cada tres años.

No obstante, tiene sus inconvenientes, ya que por ejemplo no le pueden faltar sus riegos correspondientes en las horas centrales del día. El sistema de riego está digitalizado mediante sensores, con lo que la planta recibe el agua necesaria en cada momento. Lo mismo pasa con el drenaje, que está monitorizado. Todo ello lo puede controlar desde el móvil o desde un ordenador.

Tampoco fueron pocas las dificultades que tuvo a la hora de poner en marcha el cultivo hidropónico, ya que en estos alrededores no se estila y apenas encontró a alguien que le pudiera asesorar. Rafa echó mano de libros, internet y de técnicos de Sevilla y de otros sitios que le informaron al respecto.

La inversión inicial también fue importante, pero él tenía mucho entusiasmo por trabajar en algo nuevo y su motivación doblegó cualquier vicisitud.

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La comercialización

Rafa trabaja principalmente con almacenes de Córdoba, Montilla, Fernán Núñez, y también Fuente Palmera. “Nos buscamos la vida como podemos a la hora de vender, como se suele decir, y tenemos que tener cuidado con no sembrar mucho porque nos arriesgamos a que luego no podamos colocar el tomate; asimismo, llevarlo más lejos tampoco interesa”.

Sobre la situación de las hortícolas en la Colonia, lamenta que no haya tenido éxito ninguna de las iniciativas encaminadas a la organización de la comercialización, “lo cual nos permitiría dedicarnos más a la producción a los que somos básicamente agricultores”.

“Lo suyo sería que hubiera una marca Fuente Palmera o se pudiera distribuir desde un centro de transformación a destinos más lejanos como Barcelona o Madrid, o incluso a Europa; más o menos como el tomate de Los Palacios, que se está expandiendo por todos sitios; yo personalmente, en mis planes de futuro, me gustaría vender a través de internet”.

En este sentido, José Luis Adame profundiza en el necesario elemento diferenciador que tendría que tener ese tomate de aquí, bien bajo la marca Colonia de Fuente Palmera o Valle del Guadalquivir, para decirle al consumidor que lo compre.

“Variedades de tomate hay muchos, por ejemplo en Málaga se está vendiendo el llamado huevo de toro, etc., eso es también promoción y publicidad, lo escuchas en un sitio y otro y el cliente lo acaba adquiriendo… en definitiva pienso que hay que darle unas cualidades, un formato, en este caso al tomate, para darle una salida más amplia”.

Relevo generacional

Con la situación tan excepcional que atraviesa el campo desde hace tiempo, fundamentalmente por la crisis de precios, agravada ahora por la sequía y el precio de la energía y los combustibles, parece más complicado hablar de relevo generacional y de animar a la juventud a apostar por el sector agrario.

Rafa Reyes opina que el joven o la joven que tenga ganas de trabajar y unas metas en la vida, “da igual que sea el campo u otra cosa, si se lo propone puede conseguirlo… el campo no es nada fácil… a mí me ha llamado loco más de uno, qué dónde voy con el invernadero… pero más ganas me dan de seguir”.

Por último, Rafa Reyes subraya que cada vez utiliza menos fertilizantes y fungicidas en sus invernaderos. “Cuando empecé los tenía todos, pero cuando va uno aprendiendo y viendo la realidad, cada vez echo menos y hago más control biológico, trampas con feromonas, etc. También es cierto que con el hidropónico en tema de suelo no hace falta echar nada para lo que son hongos y nematodos. En definitiva, hay que tender hacia productos más saludables y sostenibles con el medio ambiente”.

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