Su propietario, Francisco Toscano Benavides, de 65 años, es natural de Posadas y reside en Córdoba capital. Es el vivo ejemplo del yo guiso y yo me lo como, un agricultor de los que cierra el círculo: siembra, recolecta, transforma y comercializa. Posee en la zona 10 hectáreas, tres de ellas destinadas a los nogales. Esta es su historia.
Francisco sin embargo, no se ha dedicado al campo toda su vida. Al fallecer su madre, es cuando hereda, junto a sus hermanos, una serie de tierras y él decide que su parte la va a llevar personalmente. Al principio cultivó los productos tradicionales (maíz, trigo, remolacha, algodón, etc.).
Cuando se produce el cambio del riego a pie (mediante canales) al riego por goteo, realizó un curso sobre este en la Cooperativa San Francisco de Borja. A su finalización se organizó un viaje a Murcia con los alumnos, en el que participaron también dos estudiantes de Agrónomos de Córdoba que tenían un proyecto de experimentación con nogales en la Alameda del Obispo.
A Francisco le interesó mucho este tema y a raíz de ahí toma la iniciativa de sembrar los nogales. Corría el año 2005 cuando realiza la primera plantación, a la que le sigue una segunda un año después. Sus nogales tienen la particularidad de que son clones, es decir, que provienen de yemas a través de tubos de ensayo. “Esto lo hice con la empresa murciana Vitrotec y me daba la seguridad de que iban a ser productivos; pero el inconveniente es que no se reproducen”.
Había dos circunstancias que le preocupaban: si los árboles soportarían las altas temperaturas de la zona y el tema de la comercialización. Lo primero se solventaba con un buen riego y con temperaturas de 40 y 41 grados, pero el hándicap es que ya estos niveles están subiendo por los efectos del cambio climático. Sobre lo segundo, Francisco comercializa las nueces personalmente, llevándolas a tiendas y supermercados de la comarca y la capital.
Los nogales son frutales de cáscara, parecidos a los almendros, pistachos, avellanos, etc. Tienen la característica de que entran en producción a los 6 ó 7 años, por lo que hasta el año 2011-2012 no se recolectaron las primeras nueces, todas de la variedad California.
Son árboles de gran porte, frondosos, con una altura de hasta 8 metros; crean una espectacular sombra en su perímetro interior que coincide con la época estival. Es a finales de mayo cuando ya lucen majestuosos y empiezan a dar el fruto, que presenta una cáscara verde. Sobre septiembre-octubre comienza la recolección, que se puede prolongar hasta finales de año. Los nogales son caducos, pierden toda la hoja y se quedan totalmente pelados, con el tronco y las ramas. Por lo que el contraste visual de una época del año a otra es brutal.
La recolección
Francisco Toscano realiza la recolección vareando –hasta donde alcanza- y mediante ordeño en las partes más bajas. Hay un inconveniente, ya que el árbol no cuaja todo al mismo tiempo, y cuando varea caen muchas nueces todavía verdes. Entonces opta por dejar que la nuez se caiga por sí sola, lo que significa que está en su punto.
Cuenta que esto se produce con las primeras lluvias de finales de verano, principios de otoño, formándose una alfombra de nueces en el suelo que es digna de ver. Para darnos cuenta de la sencillez de este agricultor, nos enseña un curioso artilugio con el que recoge las nueces del suelo. Se llama Recoge-frutas Revex y se compone de un mango de 130 cm. que tiene en la punta una especie de bombo ovalado de acero galvanizado con alambres flexibles que al rodar por el suelo recoge las nueces, que se quedan en su interior.
Los nogales tienen unas necesidades hídricas de 12.000 metros cúbicos por hectárea. La mitad aproximadamente se las proporciona el agua de lluvia. Además, cuando hay crecidas del río Guadalquivir, un manto de agua llega en ocasiones hasta toda la superficie de los nogales, dejando una gran cantidad de nutrientes.
En este sentido tienen otra ventaja respecto a la evaporación, que es menor porque al estar sembrados en intensivo los árboles se sombrean entre ellos y no dejan pasarla. También producen otro beneficio, como es su aportación al cambio climático, ya que son grandes consumidores de CO2 y productores de oxígeno.
Transformación y comercialización
Tras la recolección, Francisco procede al secado, limpieza y calibrado de la nuez, todo ello de forma manual, para seguidamente envasarlas en sacas de 1, 2 ó 5 kilos, que son las que directamente reparte él mismo a las tiendas y establecimientos.
Aquí en Fuente Palmera podemos encontrar sus nueces en el supermercado Paco Mena de la calle Portales. Asimismo, como socio de la Cooperativa San Francisco de Borja, también las comercializa a través de esta entidad. Normalmente tiene un punto de venta en cada pueblo (Posadas, Palma del Río, Las Navas de la Concepción, Córdoba, etc.).
El sector
El precio de la nuez se ha mantenido estable en los últimos años. En los grandes supermercados y superficies, según Francisco, te puedes encontrar el kilo a más de 6, 7 euros o incluso 8. Las suyas tienen un precio de venta al público en los establecimientos de 4,80 a 5 euros. La competencia exterior viene de grandes productores como Argentina y Chile.
En definitiva, hoy hemos querido conocer a un pequeño gran agricultor, singular, que va “a su aire”, como él mismo dice, pero que cubre todo el ciclo. Es un ejemplo porque realiza la producción, la transformación y la comercialización, sin intermediarios. Vende su producto al cliente final, nueces de calidad que florecen en un pequeño rincón de la Colonia.
* Queremos agradecer la colaboración en este reportaje del Área de Desarrollo del Ayuntamiento de Fuente Palmera y de la Cooperativa San Francisco de Borja, así como la disposición y amabilidad de Francisco Toscano Benavides desde que empezamos a fraguar esta historia allá por el mes de marzo.