¿Te has dado cuenta de cuantas cosas se esconden detrás de unas palabras?
Cuantos mensajes puedes entre-leer en unas líneas e incluso cuantas historias te puedes imaginar a través de ellas aunque no sea así??????
El poder de la palabra está ahí mismo. Creo que no en quien las escribe en sí; si no en quien las lee, puesto que uno es responsable de lo que uno mismo escribe, pero no de lo que los demás entienden al leerlas.
Una profesora me explicaba la relación entre la ironía y la capacidad intelectual. En resumidas cuentas venía a decir que el manejo de la ironía a ciertas edades te daba pie a conocer la madurez o las capacidades de ese alumno. Ser irónico tiene su puntito, pero no todo el mundo tiene gracia para dárselo.
¿Recuerdas algún cuento que te contasen de pequeño que ahora lees desde otra perspectiva? Seguro que si. Me encanta releer y descubrir como cambio la visión de un mismo texto o como acoplo a mi día a día las enseñanzas que saco de ellos.
Me encanta, por ejemplo, “El traje nuevo del emperador”. Bonita historia.
“El cuento de la lechera” o “La cigarra y la hormiga”, son también algunos de los títulos que se me vienen a la cabeza de vez en cuando.
(Decía Aristóteles que el amigo de la sabiduría es también amigo de los mitos. Los cuentos infantiles, mitos, leyendas, fábulas y en general las narraciones de todo tipo no nos enseñan cómo es el mundo a la manera de un reportaje periodístico o un estudio científico, pero sí cómo lo percibimos y, sobre todo, cómo manejarnos en él)
¿Has pensado en la Biblia como un gran libro de cuentos?, de los capítulos o pasajes más famosos de dicha obra ¿has pensado en Adán y Eva como enseñanza?
Generalmente no me guío por este “Gran Libro”, pero tal y como está el mundo esta parte sale a relucir últimamente más de lo que yo desearía.
Cómo es posible que teniéndolo todo sigas deseando más. O peor aún, como puedes desear continuamente lo que otro tiene, solo porque otro lo tiene, o perseguir lo único que te dicen que no debes tener??????En fin que solo con ver las noticias te das cuenta de que hasta el príncipe del cuento hace temblar su reino por la codicia.
La verdad es que el que quiera entender que entienda, el que quiera buscar más que busque, y el que no quiera seguir leyendo que cierre esta página, pero detrás de cada palabra hay y habrá lo que cada uno quiera ver.
Dependerá de quien escriba si está bonito o feo. Si está bien escrito o mal escrito. Se dejará ver la clase de la persona que escribe (si la tiene) o la poca clase (si no la tiene). La buena o mala educación. Las ganas de hacer daño o no. La indiferencia o el rencor. El odio o el amor…En fin que a buen entendedor, pocas palabras bastan.
¿Te animas a releer algún clásico?
