El regadío andaluz rindió un merecido homenaje al investigador del CSIC Luciano Mateos, tristemente fallecido en accidente de tráfico hace unos meses, y científico de referencia para Feragua, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, con la que trabajó en numerosas iniciativas.
Entre ellas, hay que destacar la dirección técnica de la elaboración del Programa de Formación al Regante “Feragua”, y entre los proyectos europeos DIANA y MOSES de la H2020, orientados a la aplicación de técnicas de teledetección para mejorar el control del uso del agua por parte de comunidades de regantes y administraciones públicas, en el primer caso, y para mejorar los programas de riego, en el segundo.
Impulsor y pionero de la I+D+i aplicada a la agricultura del riego, la investigación en ingeniería e hidrología del riego orientada a la conservación del agua y el suelo en sistemas agrícolas de regadío, fueron sus principales campos de trabajo en el CSIC.
Su gran objetivo fue siempre buscar políticas y prácticas de gestión del agua que fueran de interés social y compatibles con la conservación y restauración del entorno natural. Además de investigador del CSIC, fue investigador visitante en CSIRO (Australia) y las universidades de California-Davis, Nebraska-Lincoln y Sao Paulo. También colaboró con organizaciones internacionales para el desarrollo, como el Banco Mundial y la FAO, de la que fue experto internacional.
Al homenaje se sumó quien fue su mentor y promotor del IAS-CSIC -donde desarrolló Luciano gran parte de su actividad investigadora-, el prestigioso catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, ex secretario de Universidades e Investigación del Ministerio de Educación y Ciencia y ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Elías Fereres.
Además de numerosos agricultores, gestores y miembros de junta de gobierno de comunidades de regantes que tuvieron la suerte de tratarlo y conocerlo y descubrir en él no solo a un investigador minucioso y pragmático, entregado a su vocación científica, sino un hombre cabalmente bueno, discreto y prudente, una bellísima persona cuya pérdida ha dejado un enorme vacío a todos los que tuvieron la suerte de conocerlo y trabajar con él.
Helena Gómez Macpherson, viuda de Luciano Mateos, recibió muy emocionada una placa en reconocimiento a la labor del que fuera su marido, de mano de Rafael Gálvez y José Manuel Cepeda.