Tras la asamblea celebrada el pasado sábado en la sede de la coalición con la asistencia de unos 150 militantes y simpatizantes, el nuevo Consejo Local salió adelante por unanimidad. Sánchez, que sustituye en el cargo a Francisco Javier Ruiz, alcalde de Fuente Palmera, encabezará un consejo local que ha sufrido bastantes cambios y que relega a un segundo plano a sus componentes con responsabilidades municipales. Así, Ruiz llevará Política Institucional junto a Aroa Moro; Rafael Barea pasa a Política Municipal, sustituyéndole como responsable de Organización Francisco Barea. Y Enrique González y Marta Montenegro se hacen cargo de Participación Ciudadana y del área de Mujer, respectivamente. El resto de componentes son los siguientes: Rosa Reyes(Finanzas); Thais García(Política Municipal); Juan Manuel Rivero(Participación Ciudadana); Laura Sánchez(Mujer); Julián Delgado y Salvador Barea(Juventud); María Jesús Pradas y Manuel Jiménez(Comunicación); y Luis Raya, Guillermo Montenegro, José Luis Lucena y Alejandro Moro(vocales).
El nuevo coordinador local ha valorado a la hora de presentar su candidatura “el gran grupo humano que me acompaña, capaz de trabajar dignamente y de luchar por los derechos de los ciudadanos y ciudadanas; nuestra labor será de continuidad respecto al consejo saliente, con el objetivo de llegar aún más a todos los puntos de La Colonia”.
El acto tuvo una segunda parte cargada de emoción, recuerdos y alguna que otra lágrima. Se rindió un merecido homenaje y reconocimiento a los veteranos militantes Antonio Arriaza, de Ochavillo del Río, Manuel Ángulo, de Silillos, y Fernando Balmont, de La Ventilla, por una vida de lucha en defensa de los valores de igualdad, justicia y solidaridad.
El joven Juan Manuel Rivero Ángulo, sobrino de Manuel Ángulo, fue el encargado de leer la biografía y dedicarle unas palabras a su tío. Manuel Ángulo nació en Silillos un 21 de enero de 1952 en el seno de una familia humilde, trabajadora, honrada, dedicada a las labores agrícolas. Siempre tuvo gran interés en su evolución académica, aunque por motivos socioeconómicos sólo pudo cursar hasta los estudios primarios, pero nunca dejó de culturizarse. Manuel se casó en 1976 con Josefa Lora y tienen dos hijos, Manuel José y María José. Su vida laboral ha estado ligada al sector agrario y a la construcción. En cuanto a la política, se afilió a Comisiones Obreras sobre 1977, sindicato al que todavía pertenece. En 1983 fue alcalde pedáneo de Silillos y en 1985 se afilió al Partido Comunista, en el que también continúa hoy día. En 1987 entró de concejal en el Ayuntamiento de Fuente Palmera sustituyendo a un compañero, permaneciendo de edil durante dos legislaturas. Siempre ha estado involucrado en política y fiel a sus ideales, forjando grandes amigos como los otros dos homenajeados, Arriaza y Balmont, y el actual alcalde de La Colonia, Francisco Javier Ruiz. El pasado mes de febrero se jubiló, aunque su poderío y su afán por el trabajo no le dejan parar. Además de la política, es un amante empedernido de la cacería, las motos clásicas y de su huerto, con el que abastece a toda la familia. Pero su afición más entrañable es estar con sus nietos Marta y Juan Manuel. Por último, el sobrino de Manuel le agradeció de todo corazón en nombre de todos los compañeros del partido su dedicación y la defensa de sus ideales llevando siempre por delante el comunismo.
El protagonista tomó la palabra y afirmó que “es un honor compartir esta tarde con todos vosotros, algunos os considero de mi familia porque llevamos muchos años navegando juntos, siempre en la misma dirección y sin grandes discrepancias, que es lo más bonito”. También expresó su satisfacción personal de que “por fin haya un gobierno de izquierdas en el Ayuntamiento de Fuente Palmera, porque me consta que lo único que persigue es el bien de toda La Colonia, sin exclusión de nadie”. Como anécdota, contó como en más de un pleno Arriaza estuvo a punto de saltarle un ojo con el bolígrafo con sus característicos manoteos, lo cual dio lugar a una letra de carnaval que le sacó una murga de La Herrería: “Tenemos al Arriaza con su bolígrafo rojo, que con tanto manoteo a su compañero Ángulo cualquier día le arranca un ojo”. Por último, quiso compartir este reconocimiento con su mujer, “compañera incansable que sin su apoyo me hubiera costado mucho estar esta tarde aquí”.
A continuación llegó el turno de Fernando Balmont, cuya biografía leyó Rosa Reyes. Además, el homenajeado tuvo una visita muy especial llegada desde Ciudad Real, sus amigos Felipe y Chelo. El primero fue maestro hace unos treinta años en La Ventilla y también dedicó unas palabras a Fernando. Nacido un 7 de abril hace 65 años, desde pequeño vivió en su casa un ambiente de pasión libertaria y sus padres forjaron en él ese interés por la lucha social y los sueños de igualdad para hombres y mujeres. El amor lo llevó a La Ventilla, donde se casó con Valle Ostos. Tienen dos hijos, Fernando y Kiko, peros la niña de sus ojos es su “preciosa Candela”. Ha sido un activo sindicalista. Se afilió a IU desde sus comienzos y fue concejal en el mandato de 1995 a 1999. Rosa Reyes destacó su papel como alcalde pedáneo y su participación en la mayoría de las iniciativas sociales de La Ventilla.
Un Fernando Balmont muy emocionado apenas podía articular palabra. Dedicó el reconocimiento a todos los presentes, amigos, vecinos, a su compañera, a sus dos hijos, a su nuera y a su nieta Candela, “que trae una fuerza que es la que me va a dar a mí todavía”. Le entregó la placa Manuel Baena, exalcalde de Puente Genil.
Por último, llegó el homenaje a Antonio Arriaza, cuya exposición corrió a cargo de su paisano Quique González. Antes del repaso a su intensa vida, y como gran sorpresa, leyó una carta que le llegó un día antes desde Valencia, donde reside Rafael Arriaza, hijo de Antonio. Bajo el título ‘Mi padre es un hombre valiente’, el escrito está lleno de recuerdos y sentimientos, como aquel episodio que lo hizo famoso al salir en la revista Interviú con la cara rota por un bolazo que le propinó un Guardia Civil en una revuelta en la Plaza Real de Fuente Palmera, cuando se dirigía a cientos de personas desde lo alto de un banco junto a Rafa Yuste en plena Transición. “Tiempos que si no hubiera sido por gente como él hoy en día no viviríamos como vivimos”, finaliza Rafael.
Seguidamente, bajo otro título muy significativo, Estampa de un revolucionario, Quique González abordó la trayectoria de Antonio Arriaza, un hombre proveniente de una familia que sufrió en sus carnes la crueldad de la guerra civil y la posguerra. Antonio nace en 1952 en el seno de una familia humilde y campesina. En los años 70 se afilia al PCE, “comenzando los avatares de este revolucionario con conciencia, exigiendo los derechos en el campo, participando de reuniones clandestinas, organizándose, manifestándose, siendo baluarte y referente político de la transición de nuestro pueblo y de la participación en los primeros ayuntamientos democráticos”. Antonio Arriaza fue concejal durante 20 años, además de alcalde pedáneo en Ochavillo del Río y componente de infinidad de asociaciones y colectivos. Quique resalta en él valores como el trabajo, el tesón, la lucha y el compromiso, “sus ansias de transformar el mundo, un mundo más justo, libre, solidario y democrático…Un verdadero revolucionario que lo será hasta la muerte y que dedica gran parte de su tiempo al estudio, el más revolucionario de todos los métodos… Abierto a todo saber con el que poder crecer y ser más libre. Esa es la verdadera cultura”. Convertido hoy en pequeño empresario, Antonio Arriaza afronta la vida con ánimo y entereza, “junto a su Rosario, y sus hijo, Rafa y Toni, las compañeras de estos, Sonia y Claudia, y cómo no, su nieto Bruno”.
Finalmente, Antonio Arriaza tuvo palabras de agradecimiento a todos los presentes, especialmente a su familia, a los compañeros de su generación y a los jóvenes que impulsan hoy día el proyecto de Izquierda Unida en La Colonia. Y les recordó a estos que “no tiren para atrás, que lo que hemos conseguido a base de fuerza, sacrificio y trabajo nos lo están machacando, y ello porque a la juventud, que es muy culta, le faltan principios y valores, ser más revolucionarios y jugarse el pellejo por los demás”.
Como colofón, se sirvió una copa para celebrar la formación del nuevo consejo local y el homenaje a los veteranos militantes.