Mañana 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Rural, instaurado por Naciones Unidas en 2007 con el objetivo de reconocer el papel vital de las mujeres en las zonas agrícolas y mejorar sus condiciones sanitarias, educativas y de seguridad.
El Ayuntamiento de Fuente Palmera, a través de su Delegación de Igualdad, organiza varias actividades con motivo de esta conmemoración. Así, mañana viernes tendrá lugar una obra de teatro dirigida al alumnado de 5 años del CEI Purísima Concepción de Fuente Palmera. Pero lo más significativo y entrañable al mismo tiempo han sido los reconocimientos realizados durante este miércoles y jueves a doce mujeres de la Colonia.
Con la complicidad de las asociaciones de mujeres de cada núcleo, incluido Fuente Carreteros, la concejala de Igualdad, Laura Sánchez, la concejala de Hacienda, Sonia Rovira, y la responsable del CMIM, Luz María Borrueco, han impulsado estos pequeños homenajes dando a las protagonistas una grata sorpresa en sus propios hogares.
La actividad ha consistido en leerles su biografía, recordar las vicisitudes que han pasado a lo largo de sus vidas -muchas de ellas marcadas por los durísimos años de la Guerra Civil y de la dictadura franquista-, cómo sacaron adelante a sus familias, el trabajo en el campo, sus aficiones y su etapa actual.
Los encuentros se han convertido en auténticos episodios de convivencia, aflorando sentimientos y recuerdos, penas y alegrías, y algunas anécdotas y detalles que nos han permitido conocer la vida de antaño, la fraternidad de aquellos tiempos, añorada hoy en muchas ocasiones por las prisas del día a día. Se paró el reloj por unos minutos en las casas de estas mujeres… mujeres que han contribuido a construir la sociedad colona del presente.
En Villalón, la homenajeada ha sido Florentina Lucena Mengual, de 90 años. Una vida entera trabajando duro en el campo. Se casó con Francisco Bolancé, con el que tuvo 4 hij@s, Antonia, Francisco, Flori y Juan Manuel. Hace 15 años que se quedó viuda. Ella no sabía leer ni escribir y aprendió en la escuela de adultos. Hoy día su mayor pasión es la dedicación a sus flores, tiene un patio precioso en el que cuida con esmero sus plantas y flores, así como le gusta también pasear.
En Silillos ha recibido el reconocimiento Concepción Rodríguez Quero, de 82 años. De pequeña la mandaban a lavar a la pila toda la ropa de sus herman@s, así como a hacer las cosas del hogar. También iba a trabajar al campo con sus hermanos, pues su abuelo tenía olivos. Se casó a los 18 años con Antonio Rivero y tuvieron cinco hijos: Paqui, Antonio, Luis y los mellizo Emilio y Manolo. La mayor parte de su vida ha trabajado en el bar de Los Silillos, donde se hizo cargo de la cocina y la limpieza, además de llevar su casa y el cuidado de sus hijos.
Margarita Guerrero Morales, de 90 años, ha recibido el homenaje en El Villar. Margarita apenas necesita presentación porque es toda una institución en la aldea villarenga y muy conocida en toda la Colonia por su participación activa en numerosas asociaciones y movimientos vecinales. La historia de la romería, de la imagen de San isidro Labrador, de la nueva iglesia y de que hubiera cine en el Villar no se entienden sin Margarita y su marido, Juan. Tuvieron tres hijos, Marisol, Aurelio y Jerónimo. Quedó viuda muy joven, en 1980, cuando Juan falleció de cáncer.
En Ochavillo del Río se ha reconocido a Antonia Bernal González, de 88 años. Una vida de sufrimiento desde muy pequeña con la pérdida de un hermanastro en la guerra, de su padre por viruela y un hermano por pulmonía. Trabajó de niñera y luego solo en el campo. Se casó con Antonio Mengual, con quien tuvo tres hijos, Antonia, Gabino y Mari Carmen. De su madre heredó el gusto por la jardinería y la literatura, es por ello, que después de su jubilación, comenzó a ir a las clases de adultos, para aprender a leer y escribir.
Josefa González Díaz, de 92 años, ha sido homenajeada en Fuente Carreteros. Pasó su adolescencia y su juventud en la posguerra con mucha penuria y mucha hambre. A los 19 años se casa con Antonio Morales González y tuvieron 4 hij@s: Antonio, José, Belén y Mari Carmen. Vivieron en un chozo, después en una casilla y finalmente se pudieron ir a vivir a Fuente Carreteros. Ha sido una mujer luchadora llevando a su familia y su trabajo hacia delante sin ayuda de nadie.
En La Ventilla el reconocimiento ha sido doble, pues apenas unos días de diferencia se llevan las dos protagonista. Una es Araceli Requena García, de 86 años. De familia trabajadora y humilde, empezó a trabajar en el campo a los 11 años de edad. A los 20 se casó con Modesto, que más tarde empezó a ser conocido como «el del quiosco». Tuvieron cuatro hijos, Manuel que falleció a los cinco días de nacer; Efigenia, a la que se diagnosticó con síndrome de down y murió en 2016; Araceli y Fernando.
El pasado mes de julio, Araceli contrajo el virus del Covid y estuvo ingresada unos 9 días. Su gran fuerza, optimismo y buen estado de salud le permitieron reponerse totalmente y sin ninguna secuela, demostrando una vez más su afán de superación.
Lola Rodríguez ha sido la otra vecina ventillera homenajeada, también de 86 años. Vivió en el Molino Salas junto a sus padres y hermano, y también cuando se casó con Francisco Rodríguez, con quien tuvo 8 hijos. En 1985 se fueron a vivir a La Ventilla, quedando viuda hace 18 años. Actualmente tiene sus achaques y dolencias propias de la edad, pero su estado de salud en general es muy bueno.
El reconocimiento en Cañada del Rabadán ha sido para Dolores Domínguez Garrido, de 82 años. Perteneciente a la conocida familia de los «Manolillos Juaquines», su niñez estuvo marcada por el hambre y la necesidad de la posguerra. Se casó con Miguel De la Rosa y juntos lucharon por salir adelante, pero Lola se quedó viuda demasiado pronto, con tres hijos menores y una situación económica muy precaria, pero consiguieron saltar todos los obstáculos que la vida les fue poniendo. Lola es hoy día una mujer independiente, veraz, trabajadora incansable; la abuela más moderna y cariñosa para sus 6 nietos.
En Fuente Palmera ha sido homenajeada Jesulita Carretero Castell, de 83 años. Le encanta leer, escribir, aprender cosas en general, pero no tuvo posibilidades de estudiar ya que sus padres no le pudieron dar estudios por la época que les tocó vivir. Así que la mandaron con unos tíos a vivir un tiempo a Écija donde aprendió el oficio de corte y confección, el cual ha ejercido todo su vida. De su matrimonio con Eloy nacieron Trini y José Manuel. Tiene 6 nietos: Trini, Alfonso, Manuel Jesús, Ester, Jaime y José Manuel. Es muy activa y participa en las asociaciones de alzhéimer, mujeres, hermandades, etc.
Rosa López Castell, de 89 años, ha recibido el homenaje en La Herrería. Le ha marcado toda su vida el fusilamiento de su padre cuando tenía 3 años, delante de ella, de sus hermanos y de su madre. Quedaron en el desamparo y tuvo una infancia de hambre y miseria. A los 16 años empezó a trabajar en el campo, y también cuidaba de sus hermanos, por ello, no pudo ir nunca al colegio. Se casó con Rafael Moro y tuvieron 5 hijos: Rafael, Manolo, Rosa María, Loli y Conchi. “Rosa la de López”, que así la llaman, es de esas heroínas anónimas que sin aspavientos nos dan ejemplo de una vida de trabajo, de fortaleza, de humildad, de generosidad y de optimismo.
En La Peñalosa se ha realizado el reconocimiento este viernes a Luisa Bolancé Bolancé, de 63 años. Comenzó a trabajar con apenas 15 años en el campo, cogiendo aceituna, algodón, aclarando remolacha…Casada el 15 de agosto de 1980 con Manuel Jiménez Soldado, del matrimonio nace Marisa y Luis Manuel de 40 y 33 años. Toda una vida dedicada, además de llevar su casa, a cuidar de los que le rodeaban y también a trabajar en las labores del campo.
Por último, la Asociación de Mujeres La Colmena de La Colonia de Fuente Palmera, ha querido hacer partícipe de estos reconocimientos a su socia, Concepción Bernete Quero, de 77 años y natural de Silillos. Trabajó en el campo desde muy pequeña con su hermana mayor Carmen. Con 20 años se casó con Paco Roldán Arriaza, de Villalón. Poco después se fue a Alemania donde Paco ya estaba. Allí trabajó en una empresa de textil y tuvo sus dos hij@s, Mari y Paco. Actualmente comparte vida en Alemania y en España, ya que se hizo una casa para disfrutar aquí de la jubilación.
