El mundo cofrade está viviendo un año triste en el que la pandemia del Covid les ha afectado a dos ediciones de la Semana Santa, sin procesiones en la calle. En 2020 en pleno estado de alarma no hubo nada y en 2021 se va a vivir de una forma muy diferente; aquí en Fuente Palmera con la exposición y veneración a los titulares de las hermandades en el interior de la iglesia.
Pero además, esta complicada travesía se hace aún más larga para l@s herman@s y costaleros del Cristo de la Sangre, que en 2019 tampoco pudieron salir a la calle a causa de la lluvia.
En la siguiente entrevista, Rafael comparte sus sentimientos, nos habla de sus inicios y momentos más especiales bajo el paso y del orgullo de que algún día sus hijos puedan vivir lo mismo.
Tres años sin sacar al Cristo a la calle… ¿cómo lo lleva eso por dentro un costalero?
Pues la verdad es que se lleva mal. En el 2019 después de varios meses de ensayos y cuando llega nuestro día (Viernes Santo) hace mal tiempo y no poder salir, pues te resignas y piensas, “bueno el año que viene será”. Al llegar el 2020, empiezan los ensayos con muchas ganas y la pandemia nos cambió la vida, pues peor aún.
Este año lo estamos preparando de otra manera, para que tanto hermanos, costaleros y demás vecinos puedan visitar las imágenes, pero a fecha de hoy con lo que hay en el pueblo, aún no sabemos si se podrá realizar.
¿Y tus compañeros, cómo se sienten… expresan un sentimiento similar?
Claro, unos lo llevan mejor que otros, también algunos lo expresan y otros lo llevamos por dentro, pero el sentimiento es mutuo.
¿En este tiempo habéis tenido algún encuentro como hermandad, os habéis visto los miembros de la cuadrilla, alguna otra actividad…?
No, este año no se ha podido utilizar el cuartelillo, que es nuestro punto de encuentro para los ensayos, y a la misma vez es donde tenemos más acercamiento entre costaleros y hermanos, ni se ha realizado ninguna actividad.
¿Qué te parece la alternativa de este año, se barajaron otras opciones?
No sé si hubo otras opciones, pero me parece una buena idea para este año, una forma distinta de vivir la Semana Santa, aunque para mí y para mis compañeros lo ideal sería poder sacar al Cristo a la calle.
¿Desde cuándo eres cofrade, cómo fueron tus inicios en el mundo del costal?
En 2011 fue la primera vez que forme parte de esta hermandad. Los primeros tres años fueron muy duros para mí, y si te digo la verdad un poco frustrantes. Ya que coincidió que el Viernes Santo llovía, una pena muy grande después de semanas de ensayos y de tantos preparativos. Pero tuve la suerte que comencé también de costalero en la Hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza de Palma del Río, que sale el Martes Santo, y allí pude sentir por primera vez la sensación de llevar un paso sobre mis hombros.
Y por fin, en el año 2014, supe lo que es vivir la Semana Santa de mi pueblo, bajo mi Cristo de la Sangre, ese año por ser mi primer año en la calle, hice todo el recorrido completo.
¿Ha cambiado mucho hasta hoy el ambiente debajo de un paso, la relación con la hermandad, la devoción…?
Pues sí, ha cambiado. En Fuente Palmera, parece que cada vez hay más devoción y ganas de Semana Santa, también en la Hermandad se ha notado un incremento de costaleros, que casi tenemos para formar otra cuadrilla.
¿Qué cualidades debe tener un costalero, es diferente aquí que en otro sitio?
La principal la devoción y que te guste. Ser responsable de lo que lleva cada uno en sus hombros, por lo que tienes que saber que debes dar todo lo que puedas de ti, para compartir el peso con toda la cuadrilla.
La verdad es que aquí se vive la Semana Santa distinta a otros pueblos, pero la devoción cada uno la lleva por dentro.
¿Qué momentos del recorrido del Cristo son los más especiales para ti?
La salida, el encuentro con la Virgen de los Dolores y la entrada. Pero el más emotivo para mí, es pasar por la calle Tejar, que es donde vivía mi abuela Salvadora y mi tía Mª Carmen, que también fueron hermanas del Sto. Cristo de la Sangre, y ya no están con nosotros. Fueron ellas las que nos enseñaron a vivir la Semana Santa.
¿A vuestros hijos le inculcáis la afición, devoción?
Por supuesto que sí, los dos son hermanos de la Hermandad desde que nacieron, y junto con mi mujer, que es hermana de la Virgen de los Dolores, me acompañan a los ensayos, salidas y actos de la Hermandad. Para mí es un orgullo y una sensación muy bonita, saber que ellos están fuera durante el recorrido y que algún día puedan salir de costaleros.
¿Todo volverá a la normalidad en 2022?
Dios quiera….
