En el encuentro se dieron cita hasta cuatro generaciones de hermanos cofrades, desde esposas, hijos, nietos e incluso biznietos de aquellos once hermanos que tuvieron el honor de pertenecer a la Junta de Gobierno Fundacional, allá por el año 1959.
Así como miembros de las distintas juntas de gobierno de la hermandad, antiguos costaleros, allegados, y miembros de las distintas hermandades de Pasión de Fuente Palmera, de la Hermandad de la Purísima Concepción, y los reverendos párrocos, José Antonio Valls y Miguel Ramírez. La mesa redonda estuvo presidida por todos los hermanos mayores que actualmente siguen estando entre nosotros.
El cónclave comenzó con una pequeña reseña histórica de mano de Francisco Tubío Adame, cronista oficial de La Colonia de Fuente Palmera y miembro de la hermandad, donde compartió algunos datos de interés sobre los inicios de la cofradía, la bendición del Cristo tras la restauración y puesta a veneración en el año 1959 a mitad de la calle Carlos III o la antigua capilla-altar de culto ubicada donde se encuentra actualmente la entrada de la sacristía. Datos desconocidos para la inmensa mayoría de los presentes.
Posteriormente tomó la palabra Manuel Jesús Adame Moro, antiguo hermano mayor y actual vocal de Caridad, realizando un itinerario en orden cronológico de las distintas juntas de gobierno de la hermandad, así como de los momentos más importantes de cada una de ellas, destacando, como no podía ser de otro modo, a la Junta de Gobierno Fundacional, de cuyo trabajo y esfuerzo nace la hermandad que conocemos actualmente.
Una hermandad que tras 65 años de andadura ha pasado por diferentes etapas, pero que puede presumir que, tal y como comentó Manuel Adame Correderas, su imagen titular siempre ha procesionado por las calles de nuestro pueblo, incluso en los momentos más difíciles, no olvidando otro de los pilares que movieron el inicio de la misma, la caridad.
A renglón seguido tomaron la palabra José Antonio Arroyo Pérez, Fernando Pistón Rodríguez, María del Carmen Caraballo Vidal y Jesús María Díaz Gómez, antiguos y actual hermanos mayores, que compartieron cada uno su visión, punto de vista y experiencia en referencia a su trayectoria en la hermandad.
Para finalizar el acto se compartió un arroz fraternal, donde se respiraba un auténtico ambiente de hermandad, y se podían escuchar en diversos corrillos multitud de anécdotas y experiencias vividas por aquellos que en su juventud o madurez se unieron a esta entidad para aportar su granito de arena y continuar el espíritu de unidad y caridad que inculcaron los mayores.