Según nos ha contado la propia estafada, que prefiere mantener el anonimato, una joven le hizo creer que las cremas se las había encargado su hija. La mujer, que sabía que su hija usaba ese tipo de productos relacionados con el tratamiento facial y que se los vendía una peluquera, le dío el dinero, aunque le parecieron bastante caros y le extrañó que su hija gastara esa cantidad en dichos artículos. Pasados unos segundos, y cuando la supuesta vendedora se encaminaba hacia un vehículo donde la esperaba otra persona, la vecina se dio cuenta de que se había confundido y que esa joven no era la que le vendía a su hija. Sus gritos por intentar que se detuviera fueron en vano y la extraña huyó en el coche.
Según esta vecina, antes de llegar a su casa, los timadores lo habían intentado en otros puntos de La Ventilla, incluso también en Fuente Palmera.
Y según otras fuentes, incluso utilizan un perfume que adormila a las personas para intentar robarles.