Rocío nos recibe en Cañada del Rabadán, donde vive con sus padres en una bonita casa de la calle Córdoba. Un sinfín de trofeos se reparten por el hogar. Su último logro, el segundo puesto en el Concurso de Cante Flamenco «Membrillo de oro» de Puente Genil. Y su más reciente participación, en la Noche Blanca del Flamenco del pasado 16 de junio.
FPi: Rocío, ¿qué tal tu debut en la Noche Blanca del Flamenco de Córdoba?
Rocío: La experiencia fue muy bonita porque se trató de un espectáculo que yo no lo había hecho nunca, ya que se trataba de homenajear a mujeres cantaoras antiguas, que ya no viven. A mí me correspondió la Repompa de Málaga y la verdad es que me gustó mucho. Hice un cante de ella y al final todas las participantes hicimos una actuación grupal.
¿En qué momento dirías que te encuentras de tu trayectoria artística?
Un instante de su actuación en la Noche Blanca del Flamenco
Ahora mismo comparto los estudios y el cante, pero tengo claro que en este momento el flamenco lo tengo como hobbie. Mis estudios son lo primero, siempre lo han sido, pero ahora más. Es decir, si yo por ejemplo tengo la semana que viene un examen y me llaman para cantar, tengo que rechazar la actuación. Yo intento compaginar ambas cosas, pero si no puedo dedicarle el tiempo suficiente al cante, púes no pasa nada, la prioridad es estudiar.
¿Por qué has elegido la carrera de Educación Infantil?
Al principio elegí otra, pero me dí cuenta que esta era la mía, de siempre me han gustado mucho los niñ@s.
¿Te planteas el futuro dentro del flamenco?
Si el tema va como hasta ahora, yo me veo siguiendo con las actuaciones y subida en un escenario. Si yo pudiera vivir del cante, lo prefiero, ya que me gusta mucho. Si no, ahí tengo mi carrera. O se podrían compaginar ambas cosas… el tiempo lo dirá.
¿Cuáles son las características que atesoras en la actualidad como cantaora? Supongo que te ha cambiado la voz con la edad y atrás queda esa niña que empezó con ocho años…
Lo que veo que más me ha cambiado ha sido el sentimiento con el que canto. Antes cantaba pero no lo sentía tanto. Yo me lo pasaba bien como cualquier niño o niña. Ahora siento lo que canto, lo que digo, aparte del cambio de voz. La timidez también la he vencido bastante. Normalmente, antes cantaba con las manos en las rodillas, pero ahora me expreso con ellas. Incluso me pego una pataílla por bulerías y no me da tanta vergüenza.
¿Te ves con margen para crecer como cantaora?
Sí, mucho. Nunca se deja de aprender.
¿Tus palos preferidos?
La verdad es que me gustan todos, pero a la hora de cantar los que más le gustan a la gente de mí son las granaínas, las seguiriyas, la soleá y los tangos.
¿Tus referentes en el mundo del flamenco?
Me gusta escuchar mucho a Esperanza Fernández, también a Fosforito, Antonio Reyes, Juan Villar, La Macanita.
¿Cómo es ahora tu preparación de cara a los concursos y recitales?
Yo antes iba a clases todos los miércoles, pero el maestro dejo de venir a Cañada y ahora me coge un poco lejos porque estoy estudiando en Córdoba.
No obstante, ahora en verano quiero retomarlo para que me corrija detalles. Por mi cuenta ensayo cuando puedo y si por ejemplo tengo una actuación, me pongo a repasar los cantes y a prepararme lo mejor posible.
¿De qué concursos tienes mejores recuerdos, bien los hayas ganado o hayan sido para ti una bonita experiencia?
Para mí son importantes todos y cada uno me ha aportado algo. Mencionando los más conocidos, el Melón de Oro que gané con doce años, ya que se trata de un certamen muy prestigioso y ganarlo con esa edad… yo cuando me bajé del escenario y vi que tantas cámaras se acercaron a mí… aquello me llamó mucho la atención porque era muy pequeña. También le tengo mucho cariño al primero que gané, que fue en Ubrique, porque fue igualmente el primer concurso al que me presenté, con diez años; el de Las Minas, donde me dieron un premio por las granaínas que canté; el Certamen de Jóvenes Flamencos de Córdoba; el de la Federación de Sevilla; Alhaurín de la Torre, etc.
¿Cómo se lleva en la familia lo de viajar por casi toda España?
La verdad es que se lleva muy bien, como vamos disfrutando -contesta Pepi, la madre de Rocío-.
¿Para ti Rocío qué significa tu pueblo, Cañada del Rabadán, y la Peña La Alondra?
Muchísimo (se emociona), porque en realidad yo empecé aquí. La primera vez que me subí a un escenario fue en la Peña La Alondra, donde siempre me han tratado bien y siguen haciéndolo. Le tengo mucho cariño y en mi caso no se puede decir aquello de que «nadie es profeta en su tierra». En mi pueblo me quieren mucho.
¿Qué recuerdos tienes de ese tablao?
Yo recuerdo que no quería subirme. A mí me gustaba mucho cantar, yo lo hacía en mi casa nada más, pero me impulsaron a subir… y ya tuve que subir. Aunque estaba pasando vergüenza…aquello me estaba gustando, y a partir de ahí empezaron a gustarme los escenarios. De hecho, poco después vino a Fuente Palmera el casting del «Veo, veo» y le dije a mi madre: «púes yo me quiero subir», y me subí. Me dio nuevamente vergüenza, pero estaba decidida y canté, sin música ni nada.
¿Y tu familia qué lugar ocupa en tu carrera?
Mi familia es el pilar fundamental. La que me aconseja, me apoya, la que me lleva de aquí para allá… Algunas veces hemos pensado en tener un representante, pero hasta ahora lo llevamos bien. Lo mismo con un representante me llamarían más, lo que pasa es que en este momento no podría acudir a más actuaciones de las que hago.
Rocío, ¿que te queda de aquella niña que se dio a conocer en toda Andalucía a través del programa Menuda Noche?
Bueno, aquello me sirvió para aprender, para soltarme y, sobre todo, para darme a conocer entre el gran público, aparte de que me lo pasé estupendamente. Recuerdo también cuando volvimos una serie de participantes unos años después en un homenaje a José Mercé, con el que canté cuando era más chica en el programa. Fue una sorpresa que le dimos todos los que cantamos con él.
¿Te has planteado grabar tu primer disco?
No me lo he planteado seriamente. Cuando gané el Melón de Oro me lo propusieron, pero como era tan chica y además tenía que ir a Murcia a grabarlo, se descartó. No obstante, puede estar en mis planes de futuro. Insisto en que mi objetivo es acabar la carrera universitaria y seguir mejorando en el cante. Cuando termine la carrera supongo que todo se aclarará más.
¿Notas ahora con 18 años esa competitividad existente entre los artistas del mundo del flamenco?
La verdad es que sí, que hay mucha competencia. Cuando era una niña no lo percibía, yo iba a cantar, a pasármelo bien y para casa. Pero en la actualidad hay mucha gente que canta y mucha que canta muy bien. Antes era lógico que no me podían comparar, era la niña graciosa que cantaba bien, pero ahora me exigen más. De hecho, he leído las críticas que hacen los expertos en flamenco sobre mí y afortunadamente no he visto ninguna negativa. Sin embargo, las críticas muchas veces son buenas porque te ayudan a mejorar.
¿Qué piensas del fenómeno del flamenco fusión?
Junto al maestro Fosforito
Yo lo veo bien, pero creo que la persona que cante el flamenco de siempre tiene que intentar hacerlo bien, tal como es, no cambiarle el estilo. En cambio, el que cante este flamenkito moderno me parece perfecto. Yo no descarto nada en mi carrera, ya que por ejemplo lo mismo me da por hacer el estilo de la Niña Pastori, que me gusta mucho. Lo que pasa es que ya entramos en el tema comercial de la música. Lo que de verdad no me gusta es que le llamen flamenco a cualquier cosa, porque eso no es así. Hay gente que tiene el concepto confundido; el flamenco son sus palos y lo demás será fusión, porque una canción lleve un poquito de guitarra flamenca no quiere decir que sea flamenco. En cualquier caso, yo valoro cualquier música que esté bien hecha, ya sea jazz, ópera, etc.
¿Qué otras aficiones tienes?
Me gustan mucho los animales, pero la verdad es que no tengo tiempo libre para otras cosas. También me encanta bailar y hubo una etapa en la que estuve apuntada a clases de baile flamenco, pero lo tuve que dejar por falta de tiempo. Este verano quiero hacer muchas cosas, como a lo mejor sacarme el carnet de conducir, pero sobre todo tengo que ensayar nuevos cantes ya que paulatinamente hay que ir cambiando el repertorio de los recitales. Existen infinidad de estilos dentro de los mismos palos y deseo aprender algunos de ellos.
Quieres añadir algo para ir terminando…
Bueno… púes quiero agradecer a todas las personas de Fuente Palmera que se acuerdan de mí. El Ayuntamiento, que me llama muchas veces para cantar, me hicieron Colona del Año y se portan muy bien conmigo. Aquí en Cañada igual. Y a tu periódico por hacerme esta entrevista.
Tras sus recientes participaciones en el Membrillo de Oro de Puente Genil y en la Noche Blanca del Flamenco, Rocío Luna actuó el pasado sábado en Pruna (Sevilla). Sus próximos recitales ya confirmados tendrán lugar en Morón de la Frontera (30 de junio), la Fiesta de la Trilla de Cañada del Rabadán (1 de julio), los Encuentros Literarios de Ochavillo (28 de julio), Teba (Málaga, 10 de agosto), y el evento ‘La Colonia al Freskito’ (16 de septiembre).
