Su director, Ramón Cárdenas García, natural de Palma del Río, ostenta el cargo desde 2015 y lleva en el centro desde 2010. Es enfermero, realizó sus estudios en la Universidad de Sevilla y desde el año 1995 ha pasado por distintos servicios hospitalarios así como de Atención Primaria.
Sus funciones básicas son las de organización del centro en todos sus aspectos. Esta tarea la comparte con el coordinador de Enfermería, Marcial Caballero, quien dirige precisamente ahora la campaña de vacunación del coronavirus bajo los protocolos de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.
Después de un año de pandemia, ¿has echado la vista atrás, alguna reflexión ha pasado por tu cabeza en estos días?
Bueno, he pensado que hemos pasado un largo camino pero que todavía queda. Han sido muchas las dificultades, al principio el desconocimiento de la enfermedad que realmente ocasionaba nerviosismo y miedo entre los profesionales. Pero poco a poco nos hemos ido adaptando, se ha ido conociendo más la transmisión, el tratamiento… y a día de hoy estamos muy preparados en la atención al Covid, los seguimientos, cómo debemos tratar a los pacientes, ver los criterios de gravedad para que nadie se quede atrás y se derive en su caso y tiempo oportuno al hospital, etc. En definitiva, hemos adaptado una unidad con sus módulos a lo que es trabajar con pacientes con y sin Covid.
¿Qué fue lo que más te preocupó en aquellas primeras semanas de la pandemia?
Lo primero, que hubiera mucha transmisión en el pueblo, y lo segundo que nuestros profesionales se infectaran porque al ser una unidad pequeña me preocupaba mucho que hubiera transmisión dentro del centro ya que los recursos humanos de ciertas categorías son escasos. Pero la verdad es que el contagio dentro de la unidad ha sido casi inexistente.
Es cierto que la baja cantidad de casos en el municipio durante el primer estado de alarma nos tranquilizaba bastante. También el aislamiento en localidades pequeñas ha sido una medida muy efectiva y aquí se ha notado, siempre he hablado con el alcalde que l@s vecin@s han respetado en líneas generales todas las normas.
Decía el otro día el enfermero Rafa Mediavilla en su carta de despedida que este fue uno de los centros que recibió al principio más ayuda de epis por parte del pueblo…
Hay que destacar la solidaridad del pueblo de Fuente Palmera, empresas, particulares, ayuntamiento, que se volcaron completamente, hubo una semana que nos llenamos de caretas, batas y de material todo de buena calidad. La verdad es que no esperábamos esa respuesta, que además fue muy rápida y en un momento que era necesario. Nos dio mucha tranquilidad.
¿Cómo afrontábais los sanitarios el tema de la precaución al llegar a casa, la familia, l@s hij@s…?
Había de todo, pero si aplicabas bien los protocolos no tenías por qué tener miedo. No obstante, se extremaba el cuidado. Salíamos de aquí lo más asépticos posible, se metía en una bolsa la ropa de trabajo que iba directamente a la lavadora, desinfectábamos los zapatos con lejía, etc. Quizá la mayor incertidumbre en esos primeros meses era la transmisión del virus por materiales, por si habíamos tocado alguna superficie donde estuviera. De ahí que se tuvieran -y tengan- que lavar las manos con frecuencia y respetar la distancia. La prueba de que hemos hecho las cosas bien es que no ha habido transmisión de profesionales a sus familiares. Otro aspecto clave ha sido y es el uso de la mascarilla. Aquí al centro todo el mundo ha entrado con ella puesta y eso nos ha tranquilizado de cara a los posibles pacientes asintomáticos.
Uno de los temas controvertidos y confusos ha sido el de los datos, que si la web de la Junta no estaba actualizada, que si no coincidía con los datos que daba el Ayuntamiento… ¿qué ha pasado ahí?
Al principio desde los centros de salud no podíamos dar ningún dato a los ayuntamientos ni a nadie, todo estaba centrado desde la Consejería y su página web; pero eso cambió más tarde y ya nos lo permitieron. La comunicación con el Ayuntamiento siempre ha sido buena y los datos que se han dado son los reales porque nosotros tenemos los listados de casos y sabemos quién está curado, quién está en el hospital, quién sigue con el virus, etc. Yo creo que el problema ha sido de actualización porque la página tardaba varios días en sumar los datos, cuando nosotros los dábamos en el día. También hay que recordar que el positivo cuenta en el municipio donde tenga asignado el médico, aunque viva o se le haya diagnosticado el contagio en otro sitio.
Otro asunto que generó diversas protestas y no pocos comentarios fue el de las consultas telefónicas, sobre todo denunciando que no se contestaba al teléfono… incluso que los médicos no trabajabais porque ni se podía venir a la consulta presencial ni te atendían por teléfono…. fueron esas semanas donde se hablaba de colapso en la Atención Primaria…
Al principio de la pandemia se reforzó el personal administrativo, de tres pasamos a cinco, con un administrativo y un celador más. Hemos llegado a tener más de 300 llamadas diarias y había tramos horarios en los que la gente llamaba en masa y es normal que comunicara. Pero en ningún caso se le ha dicho a los vecinos que no vinieran al centro y tampoco a los profesionales que no atendieran a la gente, al contrario. Aquí tenemos la agenda de triaje que ha estado funcionando durante toda la pandemia.
Fíjate que al principio tanto los sanitarios como los pacientes éramos reacios a las consultas telefónicas, pero después ha habido una adaptación y tiene calado. De hecho, ahora mismo tenemos citas presenciales libres y las telefónicas están completas. La consulta telefónica se ha convertido en una herramienta fundamental y muchos de nuestros pacientes quieren seguir con ella a pesar de que ahora ya pueden venir al centro. Y creo que es mayormente por comodidad y agilidad, aunque todavía hay mucha gente que sigue teniendo miedo por el Covid.
Lo que me fastidia especialmente es que digan que estamos aquí de brazos cruzados porque he visto el trabajo y la implicación de mis compañeros, siempre que lo veo en redes sociales me molesta. Me hubiera gustado que esos que lo han dicho estuvieran aquí viendo el trabajo de los profesionales y cómo se han portado, han ido creciendo con el desconocimiento de una enfermedad nueva, cómo se han hecho los seguimientos Covid y cómo se deriva al hospital, cómo se han puesto los epis cuando había un caso positivo y había que verlo… si en la población hay miedo cuando sale un positivo imagínate cuando hay que abrirle la boca porque hay que explorarlo, y cómo los enfermeros han cogido las muestras, las pcr y cómo han atendido a los pacientes y a los contactos.
¿Cómo han sido las expresiones, su cara, la reacción de los pacientes cuando les teníais que decir que eran positivo? ¿Qué recuerdas del primer caso detectado aquí?
Ahora está un poco más normalizado, pero al inicio de la pandemia me sorprendió el miedo, les quitabas la mascarilla y veías sus caras de miedo al saber que estaban infectados. El primer caso fue así, miedo y preocupación de no saber cómo lo ha cogido y de poder haber contagiado a mucha gente. Y te digo que lo mismo ha pasado con los primeros vacunados, con los mayores.
¿Cómo se ha articulado el trabajo de seguimiento a los casos activos y personas confinadas?
En un primer momento los rastreadores estaban en Córdoba y después, a medida que aumentaban los casos, se vinieron al centro. Se ha estado llamado a los positivos un día sí y otro no, o a veces a diario si el estado era peor. Y a los contactos negativos se ha estado llamando dos o tres veces durante los 14 ó 10 días de cuarentena. También hemos tenido la colaboración de los cuerpos de seguridad y de Protección Civil cuando había que localizar a algún paciente Covid que estaba solo, sin familia y totalmente aislado.
Esta pandemia nos ha puesto a prueba y, salvo excepciones como en todo, se ha visto la capacidad enorme de adaptación del ser humano, ¿no?
A mí personalmente me han sorprendido dos colectivos, los niños y los abuelos por su comportamiento. De los niños tenemos que seguir aprendiendo mucho porque su comportamiento ha sido ejemplar, sobre todo en el tema de las mascarillas.
Respecto a la Comisión de Seguimiento Covid del Ayuntamiento, ¿cómo se ha articulado el trabajo?
Lo más importante es que está centrada en tomar medidas para evitar la propagación. Hay una información fluida entre todas las partes, representantes municipales, Policía Local, Guardia Civil y nosotros, y posteriormente el alcalde nos comunica las decisiones que toma a nivel de municipio.
¿Qué me puedes decir de ese momento tan ansiado de la llegada de las vacunas?
La vacuna está dando tranquilidad, yo creo que incluso demasiada porque todavía queda mucho por hacer. Personalmente a los sanitarios nos da confianza, aunque hay que seguir con las mismas medidas de protección. Y después en las personas mayores me ha llamado la atención la cara de felicidad de los abuelos, salvo aquellos primeros que te he dicho que venían con algo de miedo, luego expresaban su alegría y ganas de ponérsela. Es una satisfacción verlos.
Hay que decir que hemos puesto más de 600 vacunas a mayores de 80 años en la Colonia y solamente un 1% ha rechazado la vacunación. Si se mantiene este ritmo, cuando acabemos habrá una vacunación casi completa en el municipio. También es curioso que muchos no se han puesto la vacuna de la gripe, pero la del Covid sí la quieren. Y he de decir que no hemos tenido ninguna reacción relevante.
¿Cómo va la localización de mayores que no habíais podido contactar con ellos?
Había algo más de 50 y ya sólo nos quedan unos 20 por localizar. La campaña de difusión por redes ha funcionado y los vecinos han empezado a actualizar sus números de teléfono. De hecho esta semana se ponen ya la primera dosis. Para después de Semana Santa, si hay suministro, empezaremos con los mayores de 70 a 79 años.
¿Preguntan los mayores si la vacuna que se le pone es “la buena»?
(Risas). Eso lo preguntan todos y mucho. “¿Cuál me vas a poner la de Zeneca o la buena?”, dicen. En fin, yo creo que todas las vacunas son buenas aunque se comprende el miedo que pueda tener la población, sobre todo en estos últimos días. Pero para eso están los estudios clínicos y las notificaciones de los efectos vacunales que se hacen desde todos los centros de salud.
¿Crees que habrá cuarta ola?
No lo sé, sinceramente. No sé si las vacunas en tiempo y forma la evitarán.
Por último, ¿qué crees que ha aprendido el sistema de Atención Primaria con esta crisis?
Aparte de a utilizar el teléfono como una herramienta más, que antes estaba en desuso y ahora se le saca mucho provecho, lo principal ha sido el hecho de tratar una enfermedad desconocida y sobre todo de adaptarse. Yo creo que el sistema y sus profesionales tienen una capacidad impresionante de adaptación a una situación nueva, intensa y en tiempo récord, con protocolos que han ido cambiando cada día. Ha sido en general una lección de vida y creo que el sistema sanitario se puede adaptar a cualquier circunstancia, he visto como los profesionales crecen y se siguen formando. Lo que parecía que estaba anclado, tiene recorrido y eso me ha gustado mucho. Es cierto que hay un problema enquistado de falta de personal en algunas categorías, pero eso lo tienen que resolver las administraciones.
