En la Entidad Local Autónoma colona es día de fiesta local. Los establecimientos permanecen cerrados y es día no lectivo en el colegio, lo que permite que los niños sean los principales protagonistas de la jornada, púes desde muy temprano empiezan su particular guerrilla a ver quién se tiñe más de blanco. El Ayuntamiento puso a disposición de los vecinos 175 kilos de harina, que se van dosificando hasta las doce del mediodía, en teoría la hora que se debe de dejar arrojar la harina, según la costumbre.
Y los mayores no se quedan atrás, en especial las mujeres, que animan la fiesta con bailes tradicionales como la flor del romero, el corro, la comba, el porrón, etc., contagiando a los más jóvenes. Aunque el epicentro del conflicto es la Plaza Real, no hay más que darse una vuelta por el pueblo para comprobar las señales de la batalla. Incluso se mantiene viva la tradición de estampar harina en las fachadas de las casas cuyos vecinos no suelen salir a la calle en este día, temerosos de enharinarse.
El origen de la festividad se debe a la ocurrencia de la antigua panadera, Amelia Castell, fallecida en 2012, la cual empezó medio en broma a tirar harina a los clientes. Esta iniciativa se remonta casi sesenta años atrás, aunque ya en Ochavillo, desde antaño, se caracterizaban por arrojarse la ceniza sin seguir al pie de la letra la tradición católica por la que los fieles se la colocaban sobre la cabeza o la frente como signo de penitencia. Asimismo, cuando comprobaron que esta práctica era menos dañina que la ceniza, adoptaron la harina y la consiguiente batalla como curiosa tradición.
Así nació la historia de amor de Ochavillo y la harina, que en esta ocasión dejaron a San Valentín en un segundo plano.
El colofón a la jornada lo ha puesto un concurso de máscaras, cuyos premios se darán el próximo domingo de piñata, y un estupendo arroz gratis para todos los asistentes por gentileza del Consistorio.
Una tradición única en Andalucía
Tanto la alcaldesa de Ochavillo del Río, Aroa Moro, como el concejal de Cultura, Quique González, han resaltado que «el Día de la Harina es una fiesta arraigada en la localidad y una tradición muy nuestra, única en Andalucía, por lo que vamos a seguir potenciándola. Los niños y niñas disfrutan muchísimo y se convierte el evento en una gran jornada de convivencia».
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