La nave destinada al futuro Centro Cultural acogía su primer gran evento municipal. Aunque finalmente no llovió, el cambio de ubicación resultó clave porque el frío -que fue de menos a más- acompañado de viento hubiera condicionado el estar a gusto en el Parque del Flamenco.
No obstante, una parte del público -sobre todo personas mayores- tuvo que agolparse en uno de los laterales del recinto para evitar las ráfagas de aire ya en el último tramo del festival.
La velada comenzó con la presentación por parte de Manuel Curao, periodista y experto en la materia que ya participó con este mismo papel en la pasada edición y en la inauguración del Parque del Flamenco el 6 de mayo de 2022.
A renglón seguido intervinieron el concejal de Cultura, Quique González, y el alcalde colono, Francisco Javier Ruiz. El primero señaló que el Parque del Flamenco sigue promocionándose a través de visitas turísticas y de centros escolares, así como ampliando su contenido. Actualmente lo conforman 92 artistas (46 del cante; 20 guitarristas; 19 del baile; 4 de copla y 3 de sevillanas.
Por su parte, Ruiz comentó que el objetivo con este tipo de eventos es que el flamenco se preserve y amplíe en el tejido asociativo del municipio, así como fomentarlo entre los jóvenes.
El festival comenzó con la actuación del cantaor pontanés Julián Estrada, acompañado a la guitarra por Manuel Silveria y a las palmas, por Richard Gutiérrez y Samu Raya.
Curao dijo que Estrada deslumbró hace casi treinta años ganando dos primerísimos premios en el Concurso Nacional de Cante de Córdoba y que es un defensor a ultranza de los cantes de su tierra. Actualmente imparte clases en el Conservatorio Superior de Música de nuestra capital.
Le siguió en el escenario la jerezana María Terremoto, una de las referencias del cante de las nuevas generaciones. Es la artista más contratada en las temporadas de los festivales de verano. Arrancó con diez años en las peñas de Jerez y desde entonces el flamenco y el cante forman parte de su vida. Le acompañaron Nono Jero a la guitarra y Manuel Cantaroti y Juan Diego Valencia en el compás.
Tras un descanso en el que el público aprovechó también para reponer fuerzas en la barra a cargo de la Peña Flamenca La Alondra, llegó el turno del baile con la baenense, Belén Ariza, que volvía a las tablas por primera vez después de diez meses de parón por el nacimiento de su hijo. Le acompañaron Rosi Navarro en el cante, Álvaro Moreno en la guitarra y Andrei en la percusión.
El festival lo cerró, como no podía ser de otra manera, nuestra cañetera Rocío Luna, que en esta ocasión venía acompañada por Jesús Rodríguez a la guitarra y por Emilio Castañeda y Antonio Amaya «Petete» en el compás.
Manuel Curao describió los momentos clave de su trayectoria, añadiendo que Rocío es «una realidad con futuro y que el cante tiene en ella puestas muchísimas de las esperanzas de mantener ese compromiso que desde pequeña asumió como vocación propia, pues es una de las voces más importantes que ha llegado al flamenco en la última hornada».