La velada musical, que estuvo presentada y conducida por Laura Caballero, comenzó con un minuto de silencio por un vecino de Ochavillo del Río fallecido este mismo sábado en Fuente Palmera.
También hubo unas palabras de reconocimiento a la cantaora cañetera, Rocío Luna, cuya figura ha sido homenajeada en la decimoséptima edición del festival ochavillero, especialmente por ser la ganadora de la Lámpara Minera 2023.
El presidente de la Peña Flamenca de Ochavillo, Juan Manuel Moro, se sintió orgulloso de que en un pueblo tan pequeño «hayamos sido capaces de organizar este festival, con mucho trabajo y esfuerzo, y en los tiempos que corren».
Por ello, agradeció el apoyo del Ayuntamiento de Fuente Palmera, ELA de Ochavillo del Río, Diputación de Córdoba, Utopía Libros, casas comerciales, junta directiva y socios y socias de la Peña.
Destacar entre el público llegado desde distintos puntos de la comarca y de la provincia a representantes de peñas de La Carlota, Montalbán, La Guijarrosa, y como no, de la Peña La Alondra de Cañada del Rabadán. También asistió el presidente de la Federación de Peñas de Córdoba, Juan José Pedrosa.
El espectáculo sobre el tablao comenzó con Ana Ramírez «La Yiya», cantaora de La Puebla de Cazalla (Sevilla) nacida en 1983, que estuvo acompañada a la guitarra por el maestro Antonio Carrión. Ha sido su segunda participación en el Festival colono.
Su debut en los escenarios fue a los ocho años de edad en El Rubio, siendo en 1999 cuando se profesionalizó cuando José Menes la apadrinó en el Teatro Carlos III de San Lorenzo de El Escorial.
Uno de sus mayores logros fue a principios de la década de los 2000 cuando fue primera cantaora de la compañía de Cristina Hoyos en la obra Yerma, que recorrió diversos países europeos y Estados Unidos.
Su potencial flamenco es el resultado de acumulativo de tres circunstancias: un metal de primera, su voz; un exhaustivo conocimiento de los cantes; y la asimilación de una herencia adquirida de sus predecesores.
La segunda actuación de la noche corrió a cargo del también sevillano, José Antonio Muñoz «El Chozas». Procedente del barrio hispalense de Los Carteros, el próximo 20 de noviembre cumplirá 74 años.
El Chozas, que también estuvo acompañado a la guitarra por Antonio Carrión y fue muy aplaudido por el público que se dio cita en Ochavillo, es un cantaor clásico y de largo repertorio. Con medio siglo de experiencia, pertenece a la generación marcada en lo estético por el canon de Antonio Mairena y en lo profesional por la eclosión de los festivales en Andalucía.
No en vano, su cumbre de popularidad la alcanza en los años 70 y 80, una época en la que graba numerosos discos donde demostró ser un rebelde del cante, sobre todo por bulerías y tangos.
El Chozas y Antonio Carrión
El Festival lo cerró otro viejo conocido, el gaditano de Chiclana de la Frontera, Antonio Reyes, acompañado a la guitarra por su hijo, Nono Reyes. El primogénito es una de las mayores figuras del cante flamenco a día de hoy.
Su trayectoria es amplísima desde que debutara con solo seis años en la localidad malagueña de Ojén. Y con quince, de la mano del guitarrista cordobés Paco Peña, realiza numerosas giras con los espectáculos «Arte y Pasión» y «Misa Flamenca» por Francia, Italia, Inglaterra, Holanda, Grecia, Suiza y ciudades norteamericanas como Nueva York, Boston o Chicago.
Como buen cantaor gitano se caracteriza por el quejío, ese flamenco que duele y remueve las entrañas. Aunque es un artista de contraste, en su voz está metido todo el flamenco de siempre. Posee una de las voces más puras de su generación.
