Con puntualidad inglesa salía el paso a las 9 de la tarde por la estrecha puerta de la iglesia de Silillos, primera de las dificultades para un grupo de 24 costaleras y 2 costaleros, la mayoría sililler@s, que recuperaban la ilusión tres años después. Desde 2019 no pisaba la calle la Inmaculada Concepción, y lo hizo con un recorrido más corto que el tradicional debido a varias obras.
Así, enfiló el camino directo hacia la plaza por la calle Écija y de ahí al Parque Chimeno para celebrar la misa. No era el itinerario la única novedad, también el capataz, Manuel Jesús Adame, de Fuente Palmera, que venía a sustituir al silillero Francisco Rodríguez Dublino.
La procesión tuvo el acompañamiento de la Banda de Música de Écija, así como un pequeño coro que le cantó a la Inmaculada a su salida, en la plaza y durante la misa, la cual fue oficiada por el párroco de la Colonia, José Antonio Valls. Al final de la misma, se presentaron varios niñ@s ante la Virgen.
La entrada y salida del parque fue uno de los momentos más complicados para l@s costaleros por la dificultad del terreno y las ramas de los árboles, pero solventados sin problema. A renglón seguido, la emocionante subida de la cuesta, resuelta del tirón con el aliento de los «vivas» y los aplausos. Para ese momento ya se habían sumado más mujeres a las andas, sobrepasando las treintena.
Con el mismo trayecto hacia la iglesia culminaba la procesión de la Inmaculada Concepción en Silillos, cerrando al mismo tiempo cuatro días de feria disfrutados con muchas ganas por sililler@s y visitantes después del largo periplo de la pandemia.