El Ayuntamiento de la Entidad Local Autónoma ha repartido 150 kilos de harina que han volado literalmente, ayudados además por el viento que soplaba y que dificultó por momentos la visión de más de uno. Es la manera singular de todo un pueblo de festejar el Miércoles de Ceniza. En Ochavillo ya se distinguían por arrojarse la ceniza sin seguir al pie de letra la tradición católica, por la que los fieles se la colocaban sobre la cabeza o la frente como signo de penitencia. Fue hace unos cincuenta años cuando en la panadería del pueblo, Amelia Castell, ya fallecida, empezó, medio en broma, a tirar harina. Al darse cuenta que era menos dañina que la ceniza, los vecinos adoptaron el cambio, con tanta repercusión que ha perdurado a lo largo de los años sin faltar ni uno solo a su cita.
La batalla la inician los más jóvenes bastante temprano, que han disfrutado además por vez primera de día no lectivo con carácter oficial en el colegio. Y aunque no es jornada de fiesta local, se desarrolla así a todos los efectos, con empresas y comercios cerrados. Conforme avanzaba la mañana, los mayores se han acercado a la plaza, epicentro de la celebración, donde protagonizan juegos y cánticos tradicionales, como el del porrón, la comba, el pañuelo o la flor del romero. También se suele arrojar harina en las ventanas y fachadas de las casas en las que se sabe que están los vecinos pero que no quieren abrir sus puertas para no ser acribillados.
Conforme la batalla aminora, empiezan los preparativos de la gran paella que degustan todos los asistentes en la plaza. Este año, como novedad tras el almuerzo, se ha querido recuperar el antiguo pasacalles de máscaras, con concurso incluido, cuyos premios se darán durante los actos del domingo de piñata. Se trata del colofón a los carnavales en la entidad local. Desde las tres de la tarde habrá actuaciones de murgas locales de niños y adultos, de la chirigota de Aguilar de la Frontera “Al final, no hacemos na”, piñatas y pasacalles con la animación de la charanga “Los Charandonga”, de Écija, concurso de disfraces individual y por grupos, y la actuación del circo “Chavales de Ochavillo”.
Aroa Moro Bolancé, concejala de cultura del Ayuntamiento, ha resaltado que «el Día de la Harina es una fiesta consolidada en la localidad y para próximos años la intención es que pueda venir gente de los pueblos cercanos, aunque tenemos la dificultad de que es un día laborable. Entendemos que es una tradición muy nuestra, pero única no sólo en la zona, sino en toda Andalucía, por lo que trabajaremos para darle difusión y abrirlo más porque merece la pena».