La Asociación de Alzheimer Purísima Concepción de la Colonia de Fuente Palmera sigue luchando cada día contra esta enfermedad callada, tan cruel, en la que no solo sufre el enfermo, sino también los familiares por ver la situación de sus seres queridos y por la alteración tan grande que supone en sus vidas.
Este 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, es un día más de trabajo y terapias para l@s usuarios, trabajadoras y personas que llevan la Asociación. Para conmemorarlo, esta mañana han puesto en las puertas de la sede su mercadillo con artículos confeccionados por ellas mismas y una hucha para que los vecinos y vecinas que pasaran por allí pudieran colaborar.
La presidenta, Josefina Martínez, nos cuenta que siguen prestando el mejor servicio posible dentro de sus limitaciones, como por ejemplo las que ha acarreado la pandemia del Covid. Lo peor es que no pueden acoger a todas las personas demandantes. Tienen actualmente una lista de espera de 5 ó 6.
En un centro con cabida para 25 usuarios, solo se puede atender ahora mismo a un máximo de 16 por el tema de las distancias. «Es muy duro tener que decirle a una familia que no podemos acogerlos».
Por otra parte, una de las novedades positivas es que desde junio están catalogados como centro sanitario, que por ejemplo en la práctica se traduce en que ya no es necesario que l@s usuarios tengan que desplazarse al Centro de Salud a vacunarse, sino que los sanitarios van a la sede.
Asimismo, tienen acceso a programas de la Federación estatal de Alzheimer en beneficio de las personas enfermas. «Después de un trabajo largo y de muchos trámites, ya le estamos viendo las ventajas», señala la presidenta.
Sobre el personal laboral, lo componen cuatro profesionales: dos auxiliares, una psicóloga y una secretaria. Temporalmente disponen de una terapeuta ocupacional. El horario es de 9.30 a 13.30 horas.
Josefina Martínez agradece a todas las personas e instituciones que hacen posible que esta Asociación se abra y funcione cada día. Destaca que l@s abuel@s nunca se han quedado desamparados en todo este tiempo de pandemia y que se ha luchado mucho para que pudieran estar en el centro con todas las garantías.
Sólo en aquellos tres primeros meses de confinamiento estuvieron en sus casas, pero se les mandaban las tareas por medio de Protección Civil. Algunos ya no volvieron después y otros lo hicieron muy deteriorados, lo que demuestra la labor tan positiva de la Asociación y cómo se trabaja en ella.
Josefina reconoce que van a seguir tirando de la Asociación, pero que necesitan personas voluntarias para renovar la directiva, para echar una mano, pese a que está muy contenta con los integrantes de la misma y por su implicación.