Sus apellidos definen a Rubén con sus 2’12 m de altura y 2’20 m de envergadura: es un auténtico GUERRERO enorme como un PINO. Llegó a la plantilla junior del Unicaja procedente del Club de Baloncesto Marbella (club donde por bastante tiempo su padre fue presidente), se proclamó campeón de Andalucía Júnior Masculino en 2012 con el equipo malagueño, incluso llegó a debutar en LEB ORO. Ya por entonces sus entrenadores de la cantera (“Los Guindos”, una auténtica factoría de grandes jugadores) de sobra sabían que Rubén era un chaval con un enorme potencial, al igual que los seleccionadores nacionales de las categorías inferiores en las cuales ha sido uno de los fijos.
Nacido en octubre de 1995, es con 17 años cuando decide iniciar una aventura en los Estados Unidos donde se le brindó la oportunidad de formarse académicamente y jugar al baloncesto en el país que sin duda lidera mundialmente este deporte.
Primeramente estuvo un año en la Sunrise Christian Academy de Kansas, una “prep Scholl” muy reconocida donde promedió 9,3 puntos y 8,5 rebotes. En esa etapa empezó a fortalecer su físico a base de gimnasio. Un año después fue seleccionado por tres universidades, declinándose por la de de South Florida, donde desde hace dos años está becado compaginando los estudios de Finanzas con el baloncesto universitario en la American Athletic Conference de la NCAA.
Rubén juega en Los Bull de Florida, equipo con el que está desarrolando un baloncesto a gran nivel y particularmente él está promediando muy buenos números en esta gran liga de la NCAA. Por esta competición tan conocida han pasado muchas de las estrellas del baloncesto mundial, y en el caso de la NBA la mayoría de sus jugadores profesionales previamente han triunfado en esta liga.
Su gigantesca universidad está en la ciudad de Tampa, que acoge a 40.000 estudiantes que se mueven por un campus que parece una ciudad, con centros sanitarios, policía propia, líneas de autobuses, tiendas, restaurantes….
Al principio tuvo que adaptarse al nuevo país, idioma, costumbres, nuevas personas, pero actualmente está plenamente integrado. El estar lejos de su familia y amigos al principio fue duro, pero eso le ha hecho madurar como persona.
Nuestro villarengo, a pesar de sus 2’12 m y envergadura de 2’20 m, no sólo es un gran reboteador, además bota bien con ambas manos, puede encarar a su rival, entra a canasta por ambos lados, para su tamaño es muy rápido en movimientos, y bastante veloz en carrera para ser pívot, además de tener una gran visión de juego. Los casi 15 kg. que ha ganado de músculo desde que llegó a USA, junto con su envergadura, tienen un efecto intimidador debajo del aro, siendo uno de los mejores taponadores de la liga. Si Rubén sigue trabajando y progresando como hasta ahora, no podemos descartar que pueda ser elegido en los Draff de la NBA.
Destacar también que Rubén “Panita” se colgó la medalla de plata en el Europeo sub-20 celebrado en el verano de 2015, formando parte de una generación que seguro que en el futuro seguirá manteniendo a nuestro país como referente mundial en el baloncesto.
Otros motivos para estar más que orgullosos de este joven, son los dos importantísimos premios recibidos por Rubén en este último año.
En el pasado mes de marzo Rubén se convierte en el ganador del premio ‘American Athletic Conference Sportsmanship Award’, galardón al deportista que mejor refleja los ideales de deportividad, comportamiento ético, juego limpio e integridad. Los jugadores que optan a este distinguido premio son todos pertenecientes a su Conferencia.
Y es en septiembre cuando el “Colono-Marbellí” es galardonado a nivel nacional estadounidense con el premio ‘Bob Frederick a la deportividad y la conducta ética’ en la Liga Universitaria. Este premio engloba a los jugadores de todas las disciplinas de la liga universitaria americana NCAA.
Su entrenador, Orlando Antigua, llama a nuestro pívot como “Señor amable” (Mr. Nice Guy), aunque cuando pisa la cancha sólo piensa en ganar, su amabilidad y simpatía las deja para después del partido.
En su Universidad, el que uno de sus atletas haya sido reconocido nacionalmente es un honor para la entidad y sin duda le están muy agradecidos y se enorgullecen de que Rubén tenga este premio a nivel nacional. Ha sido votado por los propios entrenadores y uno de los motivos por los que ha sido muy valorado es por su entrega en labores comunitarias como el voluntariado en campañas para hospitales infantiles.
Rubén a día de hoy es un auténtico veterano en su equipo, un referente para sus compañeros y en especial para los novatos, siendo un jugador de los que refuerzan el espíritu de equipo. Orlando Antigua (el entrenador milagro de los ‘Bulls’ de SFU) está muy contento con Rubén, púes lo considera una pieza clave en el equipo por su entrega, esfuerzo y carácter.
El que conoce a la familia de ‘Los Panitas’, el que este joven sea educado, trabajador y buena persona no es una sorpresa, púes como dice el refrán “de casta le viene al galgo”.
Rubén tiene muy presente El Villar, púes cuando puede escaparse, viene a visitar a su familia; últimamente, debido a la distancia y a sus compromisos con la selección le es más difícil venir por aquí como cuando era pequeño.
Con 21 años ya está a tan sólo dos cursos de terminar su etapa universitaria y empezar su carrera como profesional. El baloncesto no le impide ser un buen estudiante, tanto es así que tiene la mejor nota media del equipo.
Los que amamos el deporte de la canasta nos enorgullece poder decir que tenemos un paisano en la Liga Universitaria Estadounidense, y ojalá que siga cosechando éxitos en su carrera. Y por supuesto, que sería un honor que pudiera visitarnos algún día, y que compartiera unos momentos con nuestros alumn@s de La Escuela Municipal de Baloncesto de Fuente Palmera.
<<Quiero Agradecer muy especialmente a Jesús Guerrero Cobos, primo hermano de Rubén, por su colaboración durante la elaboración de este artículo. >>
Autor: Manolo Téllez.