Los incidentes, que comenzaron hace más de cuatro años, se han incrementado en este último considerablemente con sucesivas agresiones al patrimonio de estos vecinos. Sus coches han aparecido rayados, con las ruedas pinchadas, con las antenas rotas e incluso se les ha rociado con orina de forma reiterada. También se han encontrado tornillos puestos entre las ruedas y cristales rotos en la calzada para provocar que se pincharan.
En cuanto a las viviendas, han sufrido pintadas, rayones en las puertas y, en el último episodio de hace unos días, una fachada y una puerta amanecieron manchadas de aceite. Además, todas estas acciones se realizan de madrugada.
L@s vecinos han presentado unas quince denuncias en todo este tiempo, tanto en el cuartel de la Guardia Civil como en la Policía Local, además de personarse otras tantas veces a informar de hechos e incidentes puntuales. También han acudido a los Servicios Sociales y al propio Ayuntamiento de Fuente Palmera.
El principal hándicap que se han encontrado siempre es que no tenían pruebas fehacientes de que dichas vecinas eran las autoras de los daños y “nos recomendaban que intentáramos arreglarlo por las buenas porque era un problema de convivencia”, indican.
No obstante, las denuncias y los correspondientes informes están remitidos al juzgado desde hace meses, pero siguen sin tener una respuesta del fiscal y esperando la fecha de los juicios.
“Esta demora se nos está haciendo interminable, ni vivimos ni dormimos tranquilos y nos está costando el dinero arreglar todos estos desperfectos; tememos que pase algo más grave y solo queremos que las autoridades intervengan ya sin más dilación”, comentan.
Una de las afectadas afirma que sufre crisis de ansiedad y que en una ocasión echaron disolvente o algún producto químico similar en la puerta de su casa, cuyos gases entraron en la vivienda mientras dormían produciéndoles síntomas de asfixia a ella y a su familia.
L@s vecinos también denuncian que algunos de sus familiares, compañeras de trabajo y personas que han venido a vivir de alquiler a la calle temporalmente, han sufrido igualmente daños en sus vehículos.
El origen de este conflicto fueron unas pintadas realizadas en la calle con insultos a varios vecinos a raíz de que estos solicitaron al Ayuntamiento el aparcamiento de los vehículos durante todo el año en uno de los lados de la calle, donde no hay viviendas.
“Ellas no estuvieron de acuerdo, no firmaron y no pasó absolutamente nada, pero a partir de ese momento la han tomado con nosotros de una forma desmesurada y cualquier coche que ven aparcado frente a su casa lo dañan”, apuntan.
Además señalan que “es imposible entablar conversación con ellas porque de momento empiezan con los insultos y las mentiras, aparte de que no abren la puerta a nadie, ni siquiera a los municipales o la Guardia Civil, y como no hay orden judicial, no pueden entrar”.
En definitiva, l@s vecinos de la calle Eladio Soriano están pasando un doble calvario desde hace años, por un lado por los daños materiales y psicológicos causados por este cúmulo de agresiones, y por otro, por la impotencia de ver que las autoridades no pueden hacer nada mientras no lo autorice un juzgado.
Ante este panorama su última denuncia ha sido al Defensor del Pueblo Andaluz, que les ha contestado que actuará en el asunto si en breve no lo hacen los jueces.