Los miedos de los niños no son siempre los mismos, son evolutivos, van cambiando según la edad del niño.
Lo bueno es aprender a superarlos cada uno en su momento y a la edad a la que aparece, evitando que se queden estancados y que el niño vaya acumulando miedos a lo largo de su crecimiento.
A los seis meses el niño comienza a sentir miedo a los extraños.
A los dos años, surge el miedo al abandono.
A los cuatro años, puede aparecer el miedo a la oscuridad.
Cuando son más mayores, suelen temer a los animales.
ALGUNA VEZ TE HAN DICHO ESO DE:
“No llores, que no es nada”
Peor aún: “No llores, que los chicos no lloran”
“Eso no da miedo”
“No te enfades”
“No…. “
ASÍ SOLO CONSEGUIRÁS QUE LOS PEQUEÑOS NO SE SIENTAN COMPRENDIDOS, NI ESCUCHADOS.
Las emociones no debemos ni ignorarlas ni menospreciarlas, sino trabajarlas y gestionarlas. La negación que hacemos muchas veces de las emociones de nuestros hijos es muchas veces el detonante de una rabieta o explosión de ira.
HABLEMOS DEL MIEDO.
A todas las personas hay cosas que nos dan miedo.
Cada persona tenemos distintos miedos o nos dan miedo distintas cosas.
El miedo es natural.
Es útil, el miedo prepara nuestro cerebro y nuestro cuerpo para huir de los peligros y evitarlos.
Tienen un componente físico y otro mental. El aumento de adrenalina que provoca el miedo prepara nuestros músculos para salir corriendo o devolver una agresión y nuestro cerebro para tomar decisiones rápidas.
Es una emoción y por tanto, podemos aprender a gestionarla.
Se acompaña de unos signos físicos que nos permiten reconocerlo cuando está llegando y anticiparnos.
Mi hijo tiene miedo, ¿Cómo puedo ayudarle?
EXPLÍCALE que el miedo es una emoción natural y saludable que se inicia desde el nacimiento.
DEMUÉSTRALE que va unida al crecimiento y que todos sentimos miedo en alguna ocasión.
HAZLE ENTENDERque el miedo es necesario porque nos avisa ante una amenaza y este sentimiento nos protege.
RECUÉRDALE que no debemos dejar de tener miedo de los peligros reales. Que reconozca esta emoción sin esconderse de ella y que pueda expresarla verbalmente, compartirla con los amigos, maestros y familiares. Que descubra que no todos sentimos los mismos miedos.
Vamos a ayudarle a que observe como el miedo nos enseña a enfrentarnos a situaciones difíciles.
Vamos a crear una relación de respeto donde nadie se burle de los miedos de los demás.
Vamos a adoptar una actitud comprensiva.
Y sobre todo vamos a contar historias donde la figura del valiente tenga que reconocer que no siempre es valiente y que nadie tiene la obligación de hacerse el valiente para que los demás nos acepten.
Continuará…