El núcleo de Cañada del Rabadán está vinculado en materia catastral y urbanística a la ciudad de Écija como consecuencia de la deficiente delimitación de los términos municipales de Fuente Palmera y la localidad sevillana arrastrada desde el origen de la fundación de las nuevas poblaciones hace 247 años. Salvo la propia cañada, antigua vereda de carne, el resto del terreno pertenece a Écija. A lo largo de todo este tiempo, la población ha ido construyendo, según sus necesidades, en las pequeñas parcelas que han ido heredando o compradas con mucho sacrificio por las familias. En las últimas dos décadas han sido muchos los intentos por resolver este conflicto urbanístico y de competencias entre ambos consistorios, pues si bien los servicios siempre los ha prestado Fuente Palmera y los vecinos siguen pagando sus impuestos en el consistorio colono, las licencias de obras las debe otorgar el ayuntamiento astigitano. En los últimos años, la aplicación de la ley ha paralizado e impedido diversas edificaciones.
El alcalde pedáneo, Ignacio Reyes, señala que “la juventud ha ido construyendo en los cachitos de tierra que nos han dejado nuestros padres, sin ningún ánimo de cometer alguna ilegalidad ni especular con el terreno, no somos ninguna urbanización ilegal de reciente creación, sino que llevamos aquí casi 250 años y todavía los dirigentes políticos no han resuelto el tema”.
En la actualidad, hay ocho solicitudes de licencias de obras paradas y otras tantas ni tan siquiera presentadas al ver la situación. En una de las múltiples reuniones entre técnicos municipales de ambas localidades, se propuso como solución transitoria un POI(Plan de Ordenación Intermunicipal), que se trata de solapar los PGOU de los dos términos, resultando un terreno urbanizable. Porque la solución definitiva sería un cambio de término entre ambas provincias, pero esta paso necesita una ley orgánica cuya aprobación se demoraría de tres a cuatro años. Según Reyes, el teniente de alcalde de Écija, Rafael Serrano, “se comprometió en diciembre de 2013 a que en seis meses estaría resuelto, pero desde hace unas semanas ni nos dan cita ni atienden nuestras llamadas, lo que me lleva a pensar que tienen el asunto parado por intereses políticos a nueve meses para las elecciones municipales. Nos consta que el ayuntamiento de Fuente Palmera ha hecho todo lo que está en su mano y se ha ofrecido a llevar a cabo el POI, pero Écija ni hace ni deja hacer”.
El alcalde pedáneo precisa que Écija pone como requisitos previos para poder construir “que las calles estén pavimentadas, aceradas, con todos los servicios y un documento parcelatorio que refleje de quién es cada pedazo de tierra, pero aún así, siguen entorpeciéndonos burocráticamente”.
En los últimos años, la población de Cañada ha ido envejeciendo y el número de personas “exiliadas” asciende a 200, lo que está poniendo en peligro la continuidad del colegio, además de que la guardería construida hace unos años no se ha llegado a abrir.
Reyes finaliza afirmando que “esta situación de aquí ya no pasa y animo a los vecinos a la movilización de una vez por todas. Sería lamentable que por desavenencias políticas o territoriales, desaprovecháramos el momento en el que estamos y no le demos solución definitiva a esta penosa situación. Los cañeter@s vamos a intentar por todos los medios que Cañada no se convierta en un pueblo fantasma, porque somos personas muy arraigadas a este trozo de terreno que nos vio nacer».
