Rocío no sabía nada y de la mano de su madre se presentó en el Bar Domínguez con el galardón de la Lámpara Minera. Cuando entró al salón -sede de la Peña Flamenca La Alondra que la vio nacer como cantaora-, el público se puso en pie aplaudiendo a la flamante triunfadora del Festival del Cante de Las Minas.
En el escenario la esperaban varios miembros de la directiva de la Peña y del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Fuente Palmera. El presidente, Pepe Herruzo, fue el primero en tomar la palabra y felicitarla.
Le siguieron la vecina de Cañada y concejala, Sonia Rovira, alabando que Rocío siempre lleve el nombre de su pueblo allá donde exhibe su arte; el concejal de Cultura, Quique González, que hizo un breve resumen del currículum y premios logrados en la trayectoria artística; y dos componentes de la Peña Curro Utrera de La Guijarrosa, que también le dedicaron unas palabras plasmadas en un pergamino que le regalaron.
A continuación llegaron momentos todavía más emotivos. El poeta de Cañada, Currete, le brindó unos preciosos versos; la Peña Flamenca le entregó un ramo de flores; su gran amiga y también cantaora, Carmen Guisado, subió a las tablas para dedicarle unas sentidas palabras entre lágrimas de alegría que culminaron en un abrazo; y el Coro Rociero Amigos de San Isidro, al que Rocío perteneció un tiempo, le dedicó una canción de su repertorio.
Ya tocaba que Rocío Luna le hablara a su gente, a sus familiares, amigos y vecinos. Dijo que estaba muy contenta con el premio de La Unión, «pero aún más por tener a mi gente aquí y que me hayáis hecho esto con todo vuestro cariño y corazón».
«La verdad es que siempre he notado mucho apoyo en Cañada, Fuente Palmera, La Colonia y la provincia de Córdoba, algo que no se tiene en todos lados ni todas las personas que empiezan en una disciplina artística».
«Estoy muy agradecida a mi familia, siempre ahí apoyándome y luchando por lo que me gusta para que yo saliera adelante; estoy muy orgullosa de ser de Cañada del Rabadán y de La Colonia de Fuente Palmera y aquí tendréis siempre a una vecina y a una amiga; muchísimas gracias, os quiero mucho», concluyó.
No podía terminar el acto sin que Rocío deleitara al público con unos fandangos, siendo acompañada por su guitarrista y amigo, Chaparro hijo, que también quiso estar en Cañada para participar en este reconocimiento.
Después de numerosas fotos con vecinos, vecinas y familiares, la Peña Flamenca La Alondra ofreció un aperitivo a todos los asistentes para culminar el reconocimiento de Cañada a la artista más emblemática de su historia, Rocío Luna, por la consecución de uno de los mayores premios o el que más, del mundo del flamenco a nivel nacional.