El objetivo de estas jornadas, que se han celebrado los días 4, 6 y 11 de noviembre, ha sido transmitir cómo acercar el producto o servicio a los clientes potenciales. El ponente ha sido un hombre con una amplia y dilatada experiencia en el sector de las ventas, lo que conocemos de toda la vida como representante o viajante. A sus 72 años, Antonio Santos se dedica a este tipo de charlas ofreciendo sus conocimientos a los demás, como un día hicieron con él cuando era joven.
Su exposición ha girado en torno a una misma palabra, con mayúsculas: CLIENTE. El buen vendedor se tiene que entregar al cliente, respetarlo, ayudarle a comprar. Lo principal es ganarse la confianza del cliente, para lo cual hay que conocer a la perfección el producto que se quiere vender y tener una relación con el cliente elegante y discreta. Como dice Antonio, «nada de hipocresía ni de hacerle la pelota, hay que tener naturalidad y humildad, que te vean limpio y transparente, con ganas de ayudarlo. Para hacer un buen servicio no hay que ser pesado ni ser charlatán, sino tener estilo. Además, no es primordial vender a la primera, sino ganarse al cliente, hay que atenderlo bien, que así volverá».
En este objetivo son fundamentales la observación y el saber escuchar, «cuanto más escuchemos más vamos a conocer y valorar a nuestro cliente». También apuntó otros detalles como que si no se tiene el producto que pide el cliente, se indica quién lo tiene y así quedas bien. Asimismo, comentó que el vendedor o dependiente debe de tener autoridad o la potestad concedida por el dueño del negocio para resolver los casos de reclamaciones, para evitar frases como «lo voy a consultar, no lo sé, no le puedo contestar, etc.».
Igualmente, señaló que los vendedores o empleados tienen que estar a gusto trabajando y ganarse también la confianza de sus jefes o superiores, «a los que también se deben dar consejos, porque la persona que está detrás de un mostrador es la que más sabe del producto, a veces bastante más que los dueños del negocio». Aunque Antonio Santos reconoce que la situación laboral no es la más adecuada para este tipo de cosas, pone el ejemplo de El Corte Inglés, «donde los jefes escuchan a sus empleados, se dejan aconsejar e incluso les premian por aportar sus ideas, porque eso repercute positivamente en el conjunto de la empresa, siempre pensando en el cliente».
Antonio Santos agradeció la atención prestada por todos los asistentes, con los que se comprometió a atenderlos de forma colectiva o individual si fuese necesario. Y se despidió llevándose a Fuente Palmera en el corazón, donde le consta por experiencia propia que el trato a los clientes es exquisito. Antonio lo vivió en primera persona en la pasada Feria de la Boda y espera volver al año que viene a impartir otra charla similar. De hecho, en la clausura de estas jornadas, el presidente de la Asociación de Empresarios, Antonio Romero, manifestó su deseo de que más adelante se repita este tipo de conferencias y que puedan asistir otros empresarios y comerciantes de La Colonia».
