En concreto, han sido once mujeres y dos hombres, la mayoría de Fuente Palmera y alguna de El Villar, los que lo han completado de un total de 19 inscritos. Aunque ha sido un curso relativamente corto, con 24 horas presenciales y 6 a distancia, ha resultado muy gratificante y provechoso para todos los alumn@s porque se ha salido un poco de lo convencional al utilizarse técnicas de coaching y de programación neurolinguística.
La experta en coaching Mª Rosa Fernández González ha sido la encargada de conducir este curso y ha congeniado muy bien con todos los alumn@s, suscitando su interés e inyectándoles una gran dosis de optimismo de cara a enfrentarse al cada vez más globalizado, competitivo y cambiante mercado laboral.
De esta forma, se ha trabajado mucho el tema de la motivación y de la actitud. «Hay que ir mucho más allá de saber hacer bien un currículum o responder como un robot las preguntas de una entrevista de trabajo», señala Rosa, «púes hay que saber qué actitud tengo que llevar y cómo tengo que preparar la mente a la hora de acudir a una entrevista».
Uno de los aspectos negativos en este sentido es que se abusa en demasía de las creencias limitantes, es decir, el ponerse límites a las capacidades y aptitudes de uno mismo. Asimismo, han salido a relucir en los participantes otras capacidades que tenían ocultas. En definitiva, «el fin es valorarse más y que nos valoren por lo que sabemos hacer a través de nuestra experiencia vital y de nuestra formación; porque somos personas y no simples números con un currículum».
Por otra parte, Rosa les hizo ver que también «hay mucha vida más allá de Fuente Palmera, y todo lo bueno que puede tener el pueblo hay que llevarlo fuera; no hay que circunscribirse a la localidad porque en este mundo global eso no sirve». Y todo esto a pesar de que es una zona con gran espíritu emprendedor y empresarial, pero «hay que abrir puertas a otros sitios porque hay que recordar que Fuente Palmera está a sólo cuarenta minutos de Córdoba, al lado de Écija y relativamente cerca de Sevilla».
L@s alumn@s «han mostrado mucho interés por aprender y creo que se les ha abierto campo, otro horizonte nuevo que no habían visto hasta ahora».
El perfil de los participantes ha sido mayormente de personas desempleadas, la mayoría jóvenes y algunos de ellos sin experiencia laboral.
Uno de los ejercicios prácticos realizados fue el de definirse y decir quién soy, en el cual salió a relucir bastante la negatividad y el pesimismo de la persona. Mientras los más jóvenes decían que «soy joven, no tengo experiencia…», los que pasaban de 40 años decían «soy mayor, no me van a seleccionar para trabajar, llevo mucho tiempo en paro…». Es decir, «traían ya de casa la etiqueta puesta y creándose las limitaciones antes de poder hacer nada; pienso que nos hemos instalado en la cultura de la crisis y hay que abrir los ojos a otras posibilidades».
Al hilo de este tema, también trabajaron la autoreflexión: qué soy, qué quiero, cúal es mi objetivo laboral… Por ejemplo, una de las respuestas a la pregunta de qué quieres trabajar era «en cualquier cosa», cuando lo que hay que hacer es pelear por aquello en lo que nos hemos especializado o formado. El mensaje es que hay que priorizar y focalizar, no hacer cien currículums para entregarlos en todos lados, «eso sólo lleva a la frustración; hay que apuntar fino».
En resumen, el alumnado ha podido realizar un curso de orientación laboral diferente y atractivo, basado en la motivación y actitud personales, creyendo en las potencialidades individuales frente a las trabas y exigencias que ya conocemos del mundo exterior y del mercado laboral.
Como colofón a la última jornada, la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Fuente Palmera, Marta Montenegro, entregó a los alumn@s los diplomas acreditativos de su participación.