La jornada del jueves comenzó por la mañana con la visita a la Biblioteca, Feria del Libro y a la Exposición «Maestros y maestras de nuestras vidas» del alumnado de tercer ciclo del CEP Federico García Lorca de Fuente Palmera, que posteriormente disfrutó del espectáculo Magiciencia, de la compañía El Ojo del Bululú.
Por la tarde, la visita correspondió a las asociaciones de mujeres de La Colonia y al personal del Centro Municipal de Información a la Mujer, que seguidamente asistieron junto a otros vecin@s a la puesta en escena del monólogo y a una pequeña merienda como colofón.
Pepi Mantas es una artista de Villa del Río de gran versatilidad en el mundo del espectáculo, conjugando la profesionalidad con una estupenda formación en canto y artes escénicas. Canción ligera, copla, flamenco e interpretación musical y dramática son disciplinas que domina correctamente.
Entre su trayectoria teatral y musical podemos destacar la interpretación, producción y dirección en obras propias como «Cenicienta» o «El Calvario», su participación en «Las mujeres de Lorca», «Yerma» -donde ganó un primer premio de interpretación femenina en 2009 y 2011-, «De buena ley» (Telecinco), un segundo premio en el Concurso Nacional de Saetas en 2014 y un sinfín de reconocimientos y premios varios.
En el monólogo sobre violencia de género, Pepi interpreta el papel de Adela Ramos, una mujer de 40 años que presuntamente ha asesinado a su marido, suceso del que dan buena cuenta los informativos de televisión. Hasta el momento no se saben los motivos que han podido llevar a esta mujer a ello. Mientras tanto, el tiempo nos transporta a unos meses antes de cometerse dicho crimen. El público conoce y vive varias etapas de cómo ha sido la vida de esta presunta asesina hasta encontrarnos con el presente, el juicio final, donde oímos el testimonio de Adela, enfrentándose al juez y a todos los oyentes presentes, siendo estos los que tendrán la difícil tarea de reflexionar y dar un veredicto. Un veredicto que nos envolverá de emociones y de preguntas sin respuesta, quedando como principal interrogante que si la educación que recibimos marca nuestras vidas.
