Los mayores se han convertido en un soporte fundamental para sus hijos y nietos durante esta crisis. El estudio asegura que durante esta recesión han tenido que ayudar económicamente a los suyos, bien entregándoles dinero o bien auxiliándoles en el pago de la hipoteca, de facturas o de compras del día a día. También se analiza la preocupación de los mayores por la disminución de recursos que han sufrido en estos años de recortes. Aunque lo que más les preocupa es llegar a un estado que les haga depender de otras personas. Los servicios públicos, sobre todo la sanidad, también es fundamental para los mayores, considerando los cuidados a la dependencia prioritarios para una mejora de la calidad de vida.
El número de mayores que aportan a sus familiares se ha multiplicado en España. Hace cuatro años, uno de cada diez mayores apoyaba a algún familiar y ahora son seis de cada diez los que ayudan a alguno de sus familiares. Pero algo más importante es que siete de cada diez personas ayudadas por los mayores no podrían vivir sin esta aportación económica.
Otro dato preocupante son los mayores que son desahuciados por avalar con sus viviendas a sus hijos o nietos. Días pasados conocíamos el caso de Carmen Martínez, la mujer de 85 años desahuciada en el distrito de Vallecas. Al igual que Carmen, otros mayores ven sus hogares presos de bancos u otras entidades que concedieron un préstamo a sus familiares, que los nombraron avalistas. Cuando su familia no puede hacer frente a la deuda, los bancos exigen la vivienda de los mayores para saldar el préstamo.