Unas doscientas personas han participado este domingo en el Día de los Huevos Pintados de Fuente Carreteros, un evento organizado por el Ayuntamiento de la Entidad Local que en esta ocasión ha venido marcado por varios elementos diferenciadores respecto a las dos ediciones anteriores. Así, lo más destacado ha sido que la participación ha abarcado todas las edades. En el pintado de los huevos mediante pasta acrílica, rotuladores, etc., los más de noventa niñ@s de entre 3 y 16 años han contado con la inestimable colaboración de sus familias y vecinos, generándose un gran ambiente de cooperación y creando una estampa entrañable a todo lo largo de la mesa de trabajo ubicada delante de la iglesia.
Por otro lado, ha tenido lugar una exhibición de bolsitos de crochet por parte de unas quince abuelas del pueblo, que han confeccionado en vivo los típicos colgantes donde se portan los huevos pintados. Un trabajo laborioso, púes se emplean aproximadamente 45 minutos en elaborar cada bolsito. Esta labor también se ha ido transmitiendo de generación en generación, aunque no es menos cierto que son muy pocas las personas jóvenes que han aprendido esta técnica. De ahí que se pretenda potenciar también esta parte de la tradición.
Otra de las novedades de la jornada ha sido la elaboración de los huevos pintados con una técnica muy particular que han desarrollado varias vecinas de la localidad tras aprenderla en los talleres de manualidades. La monitora de los mismos, una vecina ucraniana, les ha enseñado una manera diferente de hacerlo y que no se conocía en Fuente Carreteros, pero que también proviene del centro y del este de Europa. Para empezar, cuanto más blancos sean los huevos, mejor es el resultado. Se utilizan flores y plantas como margaritas, perejil, hierbabuena, etc., que se ponen sobre el huevo, el cual se envuelve con una media a presión para sujetar la planta. A continuación, se corta la parte de la media que sobra y se introduce el huevo en agua hirviendo durante unos quince minutos con hojas de cebolla o lombarda. Gracias a la alta temperatura, los huevos van cogiendo el color marrón o morado que sueltan las hojas de cebolla o lombarda. Luego, se extraen los huevos del agua, se retira la media y el trozo de flor o planta, quedando dibujado la silueta de este.
Así lo contaba Nati, una de las vecinas que ya domina esta técnica de pintar los huevos de Pascua y que, junto a muchas de sus compañeras, han acudido a la jornada ataviadas con los trajes típicos colonos, como hicieron el pasado 28 de diciembre con motivo del Baile de Los Locos. Asimismo, les acompañó su majestad el rey Carlos III.
Según los testimonios de las mujeres más mayores, había otros métodos a la hora de pintar los huevos. Por un lado, se hervía en primer lugar un trapo, casi siempre rojo, color característico de los Huevos de Pascua, que con la cocción soltaba el color en el agua. Seguidamente se echaba el huevo, que al hervir absorbía esa especie de tiente y quedaba perfectamente impregnado. También se usaron otros sistemas como los polvos de colores que vendían antiguamente en las tiendas para aplicarlos en la pintura de las casas. Asimismo, se utilizaba el llamado colorín, que no era otra cosa que la ya desaparecida Mercromina, que posteriormente fue sustituida por el también fármaco Betadine. Incluso existió otra fórmula que era pintarlos con azafrán.
Entre las costumbres y anécdotas de antaño, ocurría que a los niños y niñas se les solían «caer» los huevos de los canastillos de crochet, y como se rompían, se los comían e iban a pedir más a sus madres y/o abuelas. Lo normal era que, hace cincuenta o sesenta años, cada niño o niña pudiera disponer de dos o tres huevos, como mucho de alguno más que se lo regalaban las madrinas u otros familiares. Era raro que se disfrutara de más cantidad, ya que la situación en aquella época no era precisamente la de poder derrochar un alimento tan básico. También era tradición en esos años que la fiesta se prolongara tres días: Domingo de Resurrección, lunes y martes.
CONCURSO
Antes de proceder a dictaminar los ganadores del concurso de huevos pintados, todos los niños y niñas participantes recibieron una bolsa de chuches por gentileza del Ayuntamiento. Como en ediciones anteriores, se establecieron cinco categorías, cuyos ganadores fueron obsequiados con un diploma y un vale para material escolar:
– Infantil: Gema Carmona.
– Primer ciclo de Primaria: Isis Aguilar.
– Segundo ciclo de Primaria: Manuel Martínez.
– Tercer ciclo de Primaria: Ismael Martínez.
– Secundaria: Rubén Martín.
Al final de la página, ofrecemos más imágenes de la jornada en la FOTOGALERÍA.