Compartimos un planeta en el que cualquier tema discutido, compartido, comentado, twitteado y retwitteado se transforma en centro de atención.
Y yo, que no soy muy de pizza y que nunca me he planteado el enigmático caso de decidir sobre ingredientes como si de esa elección dependiese mi vida entera y el destino de la humanidad…!!
Una servidora, nada interesada en si una pizza debe llevar piña o no y ferviente defensora de que lo importante es que todos los seres humanos tengan la misma ración de pizza en el reparto mundial.
Prefiero reivindicar y debatir a cerca de la importancia de los abrazos con amor, de los besos con sentimiento, de las miradas con tolerancia, de los saludos que lleven sinceridad, de los buenos días con una ración de pasión y esperanza, de las conversaciones con contenido y complicidad.
Ferviente defensora de los países sin guerras y del poder sin corrupción.
Abanderada de los principios de mes con salario digno y de las mesas con plato de comida diario, familias con hogar y sin carencias.
Abogo por la infancia con el ingrediente de la felicidad, por el amor con gran dosis de pasión.
Reclamo una educación con calidad y una escuela pública para tod@s.
Sueño con una sanidad pública regada de grandes dosis de sentido común y por supuesto sin el ingrediente de los recortes.
Patrocino un mundo con tolerancia, igualdad y bienestar para tod@s en el que no sean necesarios los autobuses anaranjados con mensajes absurdos.
Promulgo un mundo en el que la pizza puede llevar piña o aceitunas, cebolla o salami…
Pero un mundo en el que no falte la justicia y la capacidad crítica ante los temas que realmente son decisivos. Un planeta tierra habitado por personas con inteligencia que no se dejen llevar por absurdas polémicas y aprendan a mirar lo que realmente es importante.
