Cuando se había convocado una asamblea extraordinaria para decidir si la demanda para pedir al juez la suspensión cautelar de la medida adoptada por la Delegación la ponía el AMPA Don Urbano o las familias de los alumn@s afectad@s, en el mismo día de ayer se tuvo conocimiento de que se habían producido dos bajas de alumn@s de las clases de cuatro años del centro escolar, lo cual situaba la ratio dentro de la normativa.
Por tanto, el objeto de la asamblea cambió radicalmente, por lo que en la misma se informó a las familias asistentes de las nuevas circunstancias, las cuales hacían inútil la presentación de la demanda contra Delegación porque ya no había ninguna posibilidad de que prosperara.
Recordamos que el AMPA y los padres y madres afectados estaban esperando la fecha del 1 de septiembre para interponer dicha demanda porque era ahora cuando se hacía oficial la supresión de la unidad y se podía recurrir, aunque la decisión firme de suprimir la unidad ya se les trasladó verbalmente a primeros de julio y por escrito este pasado mes de agosto.
Una de las manifestaciones en la Delegación de Educación
Para ponernos en situación, los alumn@s matriculados en cuatro años eran 76 y Delegación decidió suprimir una unidad, pasando de cuatro a tres, por lo que la distribución de 25, 25 y 26 alumn@s por aula superaba la ratio en un alumno según la normativa. Ante esta circunstancia, Delegación se agarró a otra norma relativa a un 10% de margen y que alarga la ratio hasta 28 alumnos. No obstante, este supuesto, con la ley en la mano, sólo se puede aplicar para matrículas tardías, es decir, una vez iniciado el curso. Por tanto, al incumplirse la normativa y Delegación no dar marcha atrás después de las manifestaciones y escritos de protesta y de un encuentro entre representantes de las familias afectadas con los servicios jurídicos de Delegación, los padres y madres tenían decidido presentar la demanda a primeros de este mes de septiembre, la cual iba a ir acompañada de una copia de las 76 matrículas efectuadas en junio para que el juez tuviera constancia, además del documento de Delegación donde argumentaba la supresión de la unidad escolar.
Independientemente de que esto se ha ido al traste en las últimas horas y de que Delegación conocía de palabra que las familias afectadas y/o el AMPA iba a interponer la demanda, la supresión de la unidad escolar ya se había hecho efectiva con el reparto de los alumn@s del aula suprimida, que ha sido la de una profesora que ha dejado el centro.
En este sentido, hay que dejar claro que la unidad no se pierde porque una profesora se vaya, sino porque Delegación la ha quitado, ya que según ha podido saber este periódico, todavía hay muchos padres y madres que creen que es por lo primero. Si realmente se hubiera optado por mantener la unidad, la profesora se sustituye por otr@.
Los medios de la capital se hicieron eco de las reivindicaciones
Sobre el reparto de l@s alumn@s en las tres clases, en el caso de que esta maestra no se hubiera ido, el reparto habría sido de otra manera, pero la ley dice que en la medida de lo posible los alumnos tienen que permanecer con su tutor o tutora, de ahí que sea lógico que se hayan repartido los de la clase de esta profesora que ha dejado el colegio.
Durante este período desde junio hasta ahora, una de las madres que ha encabezado la lucha para que la unidad se mantuviera, Mónica Ruiz, ha señalado a Fuente Palmera Información que «muchas veces no se logra el fin principal por el que estás luchando, pero sí se consiguen otras cosas con la lucha. Con esto quiero decir que en este colegio había y hay muchas cosas que cambiar, y una de ellas era que los profesores escogían las aulas según la antiguedad que llevaban en el centro y no miraban las condiciones pedagógicas de los niños, porque por ejemplo, un niñ@ de tres años está menos preparado para subir las escaleras a su clase que un niñ@ de cinco años. Ante esta circunstancia, Delegación ya ha tirado de las orejas y los niños de tres años se quedan este curso todos abajo. Por eso, reitero que las luchas siempre son buenas porque algo se consigue».
Por último, también cree que en su opinión «el centro tenía que haber apoyado más a los padres y madres, ya que siempre se ha guiado por lo que decía Delegación, la inspectora y la delegada; muchos de nosotros pensamos que los que forman una dirección de un colegio tienen también que ponerse de parte de las familias».
