El próximo 15 de septiembre tienen previsto partir en bicicleta desde Fuente Palmera rumbo a Pekín. Han calculado que emplearán aproximadamente un año y tres meses en recorrer los más de 14.000 kilómetros que separan ambos destinos, atravesando para ello España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Rumanía, Ucrania, Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Kirguistán y China. La salida la realizarán desde la misma puerta de la casa de la madre de Jaime, en la calle Morcilla de Fuente Palmera. Su familia es bastante conocida en el pueblo, púes regentó el estudio de fotografía Fotofaro. Atravesarán nuestro país por la llamada Ruta de la Plata hacia Santiago de Compostela y para salir de España cogerán por el norte el denominado camino francés hasta Roncesvalles.
Su objetivo es pasar el invierno en la Europa del Este, ya que a pesar de que las temperaturas serán muy frías, esta zona se encuentra al nivel del mar y será más llevadero que si pasasen el invierno en Rusia y en los países asiáticos como Kazajistán y demás, porque estos son regiones montañosas donde la travesía en bicicleta sería muy complicada con condiciones meteorológicas bastante adversas.
No obstante, el itinerario elegido para esta zona es la Ruta del Norte, debido a que quieren evitar a toda costa atravesar países donde la situación geopolítica es muy inestable, caso de Turquía, Pakistán o Irán. En sus previsiones también se encuentra atravesar China por el norte hasta llegar a Pekín, siempre y cuando arriben antes del invierno, si no lo harían por el sur. Han estimado que atravesar el país asiático les llevará dos meses, por lo que no saben lo que permanecerán allí, puesto que el visado es de tres meses. Eso sí, una vez cumplido el objetivo la vuelta será en avión.
{loadposition publinoticia}
Como no podía ser de otra forma, Jaime y Manon son dos apasionados de la aventura, de la naturaleza y del deporte. Juntos han recorrido medio mundo: toda Europa, Sudamérica, Marruecos y varios países asiáticos. Y lo han hecho haciendo auto-stop, en moto, barco, autobuses o trenes, pero este será su primer gran viaje en bicicleta. Se declaran nómadas sin ataduras, «somos traviajeros», comenta Jaime, «púes trabajamos para viajar, solamente para ahorrar algo de dinero y seguir con la aventura, o trabajamos y viajamos a la vez. El dinero es sólo un medio, nunca un fin».
Pedalear para una causa solidaria
Cuando comenzaron a divulgar el proyecto, les comentaron la idea de buscar sponsors, pero como a ellos no les iban a hacer falta, pensaron en que podrían utilizarlos para un fin solidario. Así, se pusieron en contacto con Amigos de Ouzal, una ong de Fuente Palmera que realiza proyectos de sensibilización educativa en España, de comercio justo y ayudan a países africanos como Camerún o El Congo con becas de estudio, microcréditos para mujeres emprendedoras, material sanitario o alimentos para desplazados a causa del grupo islamista Boko-Haram. Para cooperar, los sponsors realizarán una donación directamente a la ong y sus empresas se publicitarán en la página web http://delpuebloachina.wixsite.com/dpac, en el perfil de Facebook Del Pueblo a China y a través de una rueda de prensa que darán en la Diputación Provincial a primeros de septiembre, donde se colocará un photocall con todos los colaboradores.
Jaime aprovecha las páginas de Fuente Palmera Información para hacer un llamamiento a cuantas empresas y particulares quieran colaborar con el proyecto, ya que cualquier persona puede hacerlo a través de crowdfunding. Y pueden tener toda la información en el Facebook Del pueblo a China, donde aparece el link de la web citada anteriormente.
En ambos sitios irán subiendo todos los datos, imágenes y el desarrollo de su larga y alucinante aventura. Además de todo el material necesario para el viaje, llevan un pequeño ordenador portátil.
Transporte, alojamiento y comida
Como señalan en la web, “una de las maravillas que te permite el viaje es volver a lo básico, tus principales preocupaciones son la comida, el alojamiento y el transporte para seguir avanzando. Por eso adoro ser nómada, lo que para la mayoría de la gente son cosas que se dan por sentado para ti son necesidades básicas. Una vez estas necesidades están cubiertas, tú eres feliz. No es más feliz el que más tiene, si no el que menos necesita. Así vamos a cubrir las necesidades básicas:
– Transporte: el viaje se realizará total y exclusivamente en bicicleta. Hace unos días les llegaron desde Alemania las bicicletas de expedición, que son de acero para tener más resistencia y más fáciles de soldar en cualquier parte del mundo en caso de avería grave, ya que el aluminio es más complicado repararlo. En cuanto a las alforjas, las han adquirido de Holanda.
– Alojamiento: En las zonas rurales acamparemos. Pondremos la tienda donde caiga la noche. En las zonas urbanas intentaremos ser alojados por la gente local utilizando diferentes plataformas de internet de viajeros que alojan a viajeros de forma gratuita ( Couch Surfing, Warm Showers, etc.). Donde no sea posible ninguna de las dos opciones optaremos por un alojamiento lo más barato posible.
– Alimentación: Principalmente compraremos alimentos en mercados y cocinaremos en un hornillo portátil. Para probar los productos locales lo haremos en comedores o bares de bajo coste. Además de comer en casa de la gente, que viajando de esta forma es una situación bastante recurrente.
Jaime, licenciado en Educación Física, y Manon, licenciada en Derechos Humanos, se conocieron hace cinco años en Caen (Normandía, Francia) cuando él estaba de Erasmus y ella volvía de Irlanda a su ciudad natal. El último año y medio han vivido en Malasia, donde a raíz de una experiencia similar de unos amigos se decidieron a emprender este proyecto, en el que les atrae «la incertidumbre de cada día de no saber dónde duermes, qué vas a comer o a dónde vas a llegar, la auténtica aventura». Además, a diferencia de su último viaje en moto por Sri-lanka, subraya Manon, el gran atractivo ahora es que «se aprovecha todo el viaje, vives el paisaje, percibes la naturaleza y vamos a sentir nuevas sensaciones».
El reto lo tienen por delante. Les han comentado que los primeros kilómetros son los más duros, el primer mes hasta que el cuerpo se hace a la bicicleta, pero que luego te levantas cada día y coges la bici como si fueras a caminar. La aventura les espera: “Viajar con la incertidumbre y saber si tú, por tus propios medios, eres capaz de llegar a China, ese es nuestro desafío”, apostilla Jaime.
La ilusión, la motivación, las ganas de que llegue el día de la partida contrastan con los pensamientos de una madre, la de Jaime, a la que se le pasan muchas cosas por la cabeza…de todo menos estar tranquila…Lógico, una madre es una madre…
P.D.: Agradecemos también a Jaime el seguimiento constante a nuestro periódico, púes durante su estancia en Malasia se ha mantenido informado de la actualidad colona a través de Fuente Palmera Información.
