Después de numerosos encuentros, llamadas y reuniones, la oenegé ha llegado a ponerse de acuerdo con todas estas entidades para pedir todos juntos un proyecto muy necesitado en esa zona fronteriza con Nigeria, consiguiendo así que muchas personas puedan tener acceso al agua potable, cosa que para muchos de ellos hasta ahora es imposible.
Este acceso al agua facilitará las relaciones entre etnias y evitará conflictos ante su escasez, dado que es una zona muy seca y calurosa. A la zona de Ouzal, desde que se inició el conflicto armado (hace ya más de diez años), han llegado refugiados de Nigeria y Chad, a causa de las incursiones del grupo radical islamista Boko-Haram, lo que hace que familias enteras huyan a través de las montañas buscando un sitio seguro donde poder vivir.
En la última visita de miembros de Amigos de Ouzal al lugar (el pasado mes de noviembre), pudieron constatar de primera mano sus necesidades y la importancia de este proyecto tras las reuniones que mantuvieron con los jefes tradicionales junto al comité de desarrollo de la zona.
En ese encuentro les presentaron las peticiones de la gran necesidad de construir dos nuevos pozos y rehabilitar otros cinco que se han ido deteriorando y que en la actualidad no pueden dar agua a la población que no deja de crecer.
Durante dicha estancia, las temperaturas eran de 38º y 39º, «algo increíble para nosotros, comprobando así la importancia de contar con un pozo donde poder sacar un poco de agua para aplacar la sed».

En años anteriores, la oenegé colona ya realizó con ayuda de la Diputación de Córdoba la construcción de un pozo cuando empezó a establecerse el campo de desplazados de Zhelevet en la zona de Ouzal, y además se rehabilitaron otros.
En la actualidad, y ante la gran sequía que está soportando nuestro planeta, el poder contar con una red de pozos es de gran ayuda a unas poblaciones jóvenes cuya media de edad es de 40 años.
«A nuestra socia y amiga onubense Manuela García Ambrosio, quien nos acompañó al país en nuestra última visita, le llamó la atención la cantidad de niños, niñas y jóvenes con la que nos encontrábamos. Para que os hagáis una idea el centro de formación profesional con el que trabajamos (CETIC) cuenta con 1.600 alumnos y alumnas», señalan.
«Esperamos que este proyecto tan necesario sea apoyado por nuestra Diputación y el año que viene podamos ya contar con las construcciones, facilitándoles un poco la vida a estas personas que luchan por sobrevivir en lugares tan adversos», añaden.
«Desde este mismo momento damos las gracias a la Diputación que ha hecho posible que siete ayuntamientos de ideologías diferentes y tan cercanos nos apoyen y apuesten por la Cooperación Internacional», concluyen.