Pobre cura, aquel misionero que trajeron para morir en su tierra. Para morir aislado, sin poder ver a sus familias, sin ser enterrado dignamente por su familia. El derroche de médicos, de profesionales que trabajaron para repatriar al enfermo. Nada se pudo hacer por él. Ni se curó la enfermedad, ni pudo despedirse de sus familiares, ni sus familiares de él, ni tuvo una muerte digna porque ni autopsia se le pudo hacer, o un estudio para profundizar en la enfermedad… fue incinerado inmediatamente, había que quitar de en medio cualquier prueba de contagio.
Tras ver que nada se pudo hacer por salvar a nuestro sacerdote, de nuevo nos adentramos en la aventura…. Volvemos a intentar salvar a otro español contagiado….otro por el que nada se pudo hacer.
Pues bien, hay un refrán que dice, que tanto va el cántaro a la fuente, hasta que se rompe, y creo que eso es lo que ha pasado en nuestro país.
Ahora el problema no viene de fuera, sino que lo tenemos dentro de nuestro país. Una enfermera que gracias a su trabajo, a la mala formación recibida, a las prisas, al no saber…. Se ha contagiado. Una enfermera que se siente mal y aun teniendo un historial, unos síntomas, no se le hace aún siquiera la prueba del ébola, sino que más bien le diagnostican una gripe y le recetan paracetamol…. Una paciente que fue trasladada en una ambulancia, ambulancia que siguió trasladando enfermos, profesionales médicos que mantuvieron contacto directo con la enfermera…. Lo hemos buscado tanto que lo hemos encontrado…
Ahora hay un miedo social, pero es tan fácil de mandar un mensaje tranquilizador desde los sillones del Congreso. Es tan fácil decir ahora que la enfermera se contagió porque se tocó la cara…. Oigo en las noticias que los profesionales médicos se quejan, porque no tienen la formación requerida para estos casos.
Y qué decir del pobre animal, otra víctima de todo esto, que sin darle la oportunidad de saber si está contagiado o no, lo más fácil es sacrificarlo…. Así, tal muerto el perro se acabó la rabia no?? Vergüenza me da, escuchar que uno de los bomberos, encargados de entrar en casa de la pobre enfermera, se ha negado a hacerlo exponiendo que no tiene los medios necesarios y que bien se le ha abierto un expediente.
Mi conclusión es de nuevo la misma…. Son unos pocos de pardillos los que ordenan, inventan las leyes, los que toman las decisiones… y somos tantos y tantos los que sufrimos las consecuencias de estas malas decisiones…. pero que debemos acatar y como siempre dar las gracias… porque esto es España, señores.
Ojala y los tratamientos experimentales (que a la fuerza, tenemos que usar) sirvan y pronto esto solo sea una epidemia pasada, esto nos va a servir para darnos cuenta en realidad de quiénes dan la cara (los trabajadores del estado) y quiénes la ponen para la foto… si es que no nos hemos dado cuenta ya.