Se trata de un sistema de fertilización completamente proporcional, es decir, que inyecta la cantidad de fertilizante que pasa a través de la inyectora. Por ejemplo, si pasan 1.000 litros y se pone a un 1%, estás inyectando 10 litros.
Así, con esta inyección se controla perfectamente la cantidad de abono que se quiere suministrar, lo cual adquiere hoy en día mucha más importancia porque el abono es uno de los inputs más caros de la agricultura en este momento. Asimismo, también contribuye a contaminar menos, que es uno de los problemas latentes en el sector agrícola.
Este sistema sirve para cualquier abono que se pueda disolver en agua, «ya que estamos hablando de un sistema completamente hidráulico, que además funciona de forma independiente, pues no necesita energía externa, se mueve por el propio movimiento del agua», apunta José Luis Suárez. Por tanto, supone un ahorro energético para el agricultor.
La dosificación hidráulica de precisión lleva implantada unos años en el mercado, a nivel internacional. Sin embargo, en España el 80% ó 90% del sistema de abonado se hace con inyector Venturi, «con el que realmente no se sabe a dónde llega el fertilizante, no hace una buena diversificación, puede quedarse al principio o al final del riego; mientras que con nuestro sistema el abono se va mezclando dentro del propio inyector y va llegando proporcional a todo el riego, con lo cual todas las plantas tienen la misma cantidad de fertilizante que necesitan».