En ella encontramos los relatos que hacen unas veinticinco personas sobre el día de su boda hace más de 35 ó 40 años, además de fotografías, trajes de novia y novio, ropa interior de la época, algunos objetos como maletas, una olla express, bolsos, gafas, cinturones, etc., y hasta el típico aguardiente y roscos muy comunes en las celebraciones de aquellos años.
Es curiosa esta iniciativa porque las propias alumnas no sabían que se iba a realizar dicha exposición; solamente que se trataba de un trabajo que se les había encargado coincidiendo con la celebración de la Feria de la Boda, pero que no iba a salir de las instalaciones del centro de adultos. Entonces, cuando llegaron a la biblioteca -pensando que iban a otra cosa-, su sorpresa fue mayúscula. Todo esto fue preparado por el profesorado del centro.
En muchas de las 25 redacciones, algunas escritas del puño y letra de sus protagonistas y otras utilizando el ordenador, se cuentan gran cantidad de detalles sobre las experiencias vividas en el día de la boda, durante la ceremonia, el convite y el viajes de novios, si lo había. La mayoría de los que podían permitirselo, viajaban a lugares donde tenían un familiar para alojarse en su casa, ya que quedarse varios días en un hotel estaba al alcance de muy pocos. Es el caso de Conchi, de 70 años, y su marido, Rafael, que fueron de viaje de novios a Madrid, a casa de unos tíos que vivían allí. Se casaron en el año 1974 y, como muchos andaluces, eran emigrantes. Residían en San Esteban de San Rovira, cerca de Barcelona, donde se casaron un 21 de julio. Detalla Conchi cómo eran los trajes que lucían para ese día tan especial y que en el banquete comieron entremeses y pato a la naranja.
Una vecina de Villalón cuenta que para su banquete se mataron cuatro pavos y ocho gallos y que lo celebraron en la plaza, donde se colocó la mesa de los novios. También hubo 80 kilos de dulces, aguardiente y una botella de coñac. Tuvieron la suerte de disfrutar de un grupo musical y aquello fue lo más parecido a una noche de feria. La noche de bodas la celebraron en el Hotel Los Gallos de Córdoba. Y seguidamente se fueron 21 días a Barcelona a casa de un hermano. Este matrimonio, que vive en La Ventilla y llevan 45 años juntos, confiesa que su primer hijo vino encargado de la ciudad condal y que cuando regresaron a Fuente Palmera se fueron como locos a coger algodón.
Otra alumna participante de esta exposición, Carmen, de 71 años, recuerda que el día de su boda llovía tan intensamente que tuvieron que buscar un coche para ir a la iglesia. Su madrina le prestó unos bonitos zapatos blancos para la ocasión. El banquete lo celebraron en el antiguo cine de invierno de Fuente Palmera y el menú consistió en embutidos, queso, vino y aguardiente. Recuerda que no tuvieron tarta. En el viaje de novios visitaron Valencia, Lérida y la localidad cordobesa de Montoro.
También se recuerda en alguno de estos entrañables relatos cómo era la etapa del noviazgo y el ritual de costumbres hasta llegar al día de la boda: «Lo primero y principal era formalizar el noviazgo ante el padre de la novia, lo que se denominaba pedir la entrada. Esta prueba por la que tenía que pasar el novio(todavía hoy algunos padres exigen que el novio pida la entrada) no era más que una reafirmación del noviazgo para una futura boda. El novio acudía una noche a casa de su compañera y era recibido por el futuro suegro; a este le confirmaba que las intenciones eran buenas y respetuosas para con su hija. Dado el beneplácito por parte del padre, el novio ya podía entrar en casa de la novia y a partir de ese momento todas las noches pasaría un rato en casa de los suegros con la novia, forjándose así el nuevo vínculo familiar y conociéndose más profundamente. El novio a partir de ahora ayudaría en muchas ocasiones en las tareas del campo como si fuera uno más de la familia y, por supuesto, sin cobrar. Cuando los novios decidiesen casarse se reunirían las dos familias en casa de la novia para fijar la fecha de la boda».
La exposición ‘Las bodas de nuestros padres y abuelos’ permanecerá en la biblioteca municipal hasta el 26 de octubre.