Manuela Rodríguez: «Hay muchos factores que influyen para superar un cáncer, pero la actitud es esencial»

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Día Mundial del Cáncer
Manuela Rodríguez Delís
Hoy, 4 de febrero, queremos conmemorar el Día Mundial contra el Cáncer con esta entrevista a Manuela Rodríguez Delís, vecina de Fuente Palmera que superó un cáncer de mama. Nuestro agradecimiento es enorme por haber querido contar su experiencia y abrirnos su casa de par en par con esa amabilidad que la caracteriza, y por la que es conocida por muchos colonos y colonas.

Manuela es natural de Cañada Rosal, uno de los pueblos sevillanos de la colonización; por tanto, colona de pura cepa; además, su segundo apellido, Delís, es de origen centroeuropeo. Tiene 64 años y lleva más de la mitad de su vida en Fuente Palmera, donde se siente querida y muy a gusto, pero sin olvidar sus raíces.

Se casó con Antonio Flores Pistón, de Fuente Palmera, el 2 de junio de 1983, después de un noviazgo corto. Fruto del matrimonio nacieron sus hijos Macarena y Antonio Jesús, que les han dado tres nietos.

Ha trabajado en el campo, en el bar de su hijo, aunque buena parte de su vida la ha dedicado a ser cuidadora, tanto de sus padres como de otros familiares. “Una vida de lucha por los demás”.

Y una vida que dio un vuelco en agosto de 2010, cuando le detectan un cáncer de mama.

Manuela, ¿cómo encajaste la noticia?

Fue todo muy rápido, porque me lo detectan en agosto y me operaron en septiembre. Desde primera hora me dijeron que era un cáncer agresivo y que tenían que hacerme una mastectomía. Yo confié en los médicos absolutamente.
Todo empezó porque me noté un bultito en el pecho. Me hicieron una mamografía y una biopsia el mismo día, luego una resonancia. A los pocos días me llamaron –yo ya sabía que había algo raro-. En el momento en que te lo dicen te crees que no va contigo, pero de mí salió una fuerza que yo no sabía que la tenía.

¿Y la familia cómo reaccionó?

Fui yo la que tuve que darle ánimos a mi familia, porque a todo el que se lo decía se abrazaba a mí llorando. Pero les decía firmemente que de esta salíamos. El que peor lo pasó fue mi marido… le vino muy grande porque también se juntó el embarazo de los niños y otros problemas. Tengo que decir que soy una persona de mucha fe en el de arriba, como yo digo siempre. Me agarré a eso y en ningún momento estuve realmente mal. Miedo sí tuve, claro, a lo desconocido, a cómo saldría todo…

¿Cómo fue la operación y el tratamiento posterior?

Complicada porque también tuvieron que quitarme los ganglios de la axila, pero salió muy bien y lo limpiaron todo. Y poco después, en noviembre, comenzamos con la quimioterapia. Tuve suerte porque fueron solo cuatro sesiones cada 21 días, aunque como la toleraba bien, en cada una de ellas me iban subiendo la dosis. Pero cada vez me ponía más mala y con la última lo pasé bastante peor. A renglón seguido comencé con la radioterapia, que fueron 23 sesiones. En este tiempo nacieron mis dos primeros nietos, era febrero de 2011.

¿De qué manera cambia tu vida?

La verdad es que con la quimio al final me vine un poco abajo, pero cuando pasó ese trance me volvieron las fuerzas, las ganas de tirar para adelante. Además, el nacimiento de mis nietos fue un chute brutal, porque como también vivían aquí en mi casa, eso me ayudó para no pensar en mí. Estaba ocupada todo el día con ellos y fueron fundamentales para darme energía.

¿Precisaste en algún momento ayuda psicológica?

Cuando pasó un tiempo me puse en contacto con la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Córdoba, pero más que nada por hablar y por asegurarme de lo que yo pensaba y hacía era lo correcto. Nos atendió una psicóloga fabulosa y a las tres o cuatro sesiones me dijo que estaba bien y que no necesitaba ir más. Sobre la Asociación de Fuente Palmera, estuve varios años como socia-colaboradora y ahora procuro de colaborar en todos los actos que organizan porque hacen una labor muy importante. Además, me gustaría formarme para visitar a los enfermos en los hospitales, tal como hicieron conmigo, porque creo que podría aportar bastante. De hecho conocí a otra mujer que tuvo cáncer de mama, la cual me animó mucho y con la que mantengo aún la relación.

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¿Cómo fue el trato humano de los profesionales sanitarios?

Para mí, de 10, desde el primero hasta el último, las enfermeras, los médicos… un trato excelente desde el diagnóstico hasta el término del tratamiento.

Una vez terminada la radioterapia, ¿cuál fue el siguiente paso?

Me hicieron una analítica para ver los marcadores tumorales. Todo estaba bien y ya tenía que proseguir con el tratamiento de los cinco años, consistente en una pastilla cada día, el tamoxifeno. Cuando pasó ese tiempo me volvieron a revisar y me dieron el alta, aunque cada año hay que hacerse una analítica tumoral además de la mamografía correspondiente.

¿Tuviste que modificar tu estilo de vida cotidiano en cuanto a alimentación, ejercicio físico, etc.?

Por supuesto. De las primeras cosas que hice fue asistir a un taller de la AECC en Córdoba sobre prevención del linfedema, donde aprendí a cómo hacer ejercicios con el brazo para que no se quedara atrofiado. Evidentemente, hay que cuidar la alimentación y hacer ejercicio diario. A mí lo que me ayudó mucho fueron los ocho o nueve años que estuve haciendo yoga, lo que aprendí me valió para sobrellevarlo todo mucho mejor.

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En tu opinión, y por la experiencia que has tenido y lo que has conocido sobre esta terrible enfermedad, ¿crees que existen diversos factores que pueden influir en superar un cáncer?

Bueno, yo pienso que hay un poco de todo. En principio, que no venga derecho para ti, como se suele decir. Luego los tratamientos han avanzado mucho, la investigación es vital. Pero creo que la actitud es fundamental para el cáncer y para cualquier enfermedad, y lo afirmo desde la propia experiencia porque yo he tenido depresión de joven y no tan joven… yo digo siempre que la cabeza es la que tira. También te ayudan la alimentación y el ejercicio. Son una serie de factores, pero hay que tener suerte de que no venga a por ti.

Ya por último, ¿qué consejo darías a una mujer que tenga cáncer de mama o a un hombre, porque también lo padecen aunque haya un mínimo porcentaje, y en definitiva a cualquier persona, ya que nadie estamos libres de nada?

Lo primero, que cuando se noten lo más mínimo, que vayan al médico sin miedo, que el miedo no sirve para nada. Que cuando le den un diagnóstico, no se vengan abajo, que con optimismo se sale y siempre confiando en la ayuda de los facultativos. Hay que llevar una vida lo más sana posible, el tabaco y el alcohol son muy perjudiciales. Y siempre con positividad.

El cáncer está claro que ha sido un antes y un después en mi vida. A mí me tocó vivirla de esa manera. Ahora disfruto a tope de los pequeños momentos, le doy importancia a otras cosas. La vida me ha dado otra oportunidad de la que he salido más fuerte.

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