El municipio de Fuente Palmera cerró 2019 con 9.783 habitantes censados, 322 de ellos extranjeros (un 3,29%). Desde que Fuente Carreteros se independizó, se ha quedado por debajo de la barrera de los 10.000, una cifra importante que se toma de referencia por las administraciones a la hora de ayudas y subvenciones, principalmente y entre otras cuestiones.
Pero a día de hoy (13 de julio de 2020), y según los datos facilitados por el Ayuntamiento, el padrón de habitantes se sitúa en 10.261 habitantes, 478 más que el año pasado. De ellos, 568 son ciudadanos nacidos en otros países, lo que supone 246 extranjeros más de los que había en 2019. Es decir, algo más de la mitad del incremento se debe a personas llegadas desde otros Estados.
Y entre estas se encuentra nuestra protagonista, Yanua Ranuzzi, que es una de los tres italianos censados en Fuente Palmera. Los otros dos son un matrimonio afincado también recientemente. La italiana es una nacionalidad poco dada en la localidad –amén de nuestros antepasados que llegaron con la colonización-, y apenas si hay presencia en los últimos años.
Lo que sí cabe destacar a nivel cultural fue el hermanamiento que se produjo en el año 2000 entre Fuente Palmera y el municipio italiano de Caprino Bergamasco. Un significativo encuentro que tuvo lugar el 5 de julio. En el Pleno institucional del Día de la Colonia, 233 aniversario de la Fundación de Fuente Palmera y las Nuevas Poblaciones, la nota más original y novedosa fue la presencia en el Salón de Plenos del alcalde y del primer teniente de alcalde de Caprino Bergamasco, patria de origen de una de las primeras colonas, Dª Caterina Marinetti. Estuvo presente también el Sr. Cónsul de Italia en Sevilla. Al año siguiente, el Ayuntamiento de la Colonia de Fuente Palmera organizó un viaje a Italia para concluir el hermanamiento entre los pueblos.
Llegada en pleno confinamiento
Yanua significa ‘mujer estrella’ y proviene de una tribu de la Amazonia de Ecuador, donde un tío suyo estuvo viviendo durante una época. A sus padres les encantó y decidieron bautizarla con ese nombre.
Nacida en Roma, con tan sólo dos años su familia se mudó a la provincia de Viterbo, en la zona centro norte del país. Con 20 años dejó Italia, después de terminar los estudios equivalentes en España al Bachiller y Selectividad. Su destino fue Granada, donde permaneció casi diez años, hasta septiembre de 2019 cuando se trasladó a Sevilla. Siempre que ha podido –sobre todo en vacaciones-, ha viajado a Italia a ver a su familia.
Yanua, que ha cumplido 30 años con España en estado de alarma, se ha formado como profesora de Reiki y Yoga. También empezó a estudiar Psicología a distancia a través de la UNED y ha trabajado en la hostelería.
– ¿Cómo llega una italiana a Fuente Palmera, y en pleno confinamiento?
Bueno, estaba viviendo en Sevilla y justo se me acababa el contrato de trabajo al inicio del estado de alarma, y me dijeron que no me lo renovaban. Me agobié un poco y mi familia me dijo que regresara a Italia, pero no se podía viajar. Fue entonces cuando mi pareja, un chico de Fuente Palmera con el que había iniciado una relación hacía poco, me dijo que me viniera aquí, a su casa, a ver cómo transcurría el confinamiento… Una vez pasado, púes decidí quedarme y buscarme mi propia vivienda.
– ¿Cómo te has aclimatado al pueblo, qué relación tienes con l@s vecinos, qué te parece la gente de Fuente Palmera?
A mí Fuente Palmera me enamoró, si no, no estaría aquí. Mi intención era estar un tiempo corto y volverme a Sevilla tras el confinamiento, pero cuando pude salir y ver los alrededores, la zona rural, conocer a la gente… púes poco a poco Fuente Palmera me ha ido ganando. Me encanta la naturaleza y aquí la tienes a cinco minutos, puedes pasear, la tranquilidad… me recuerda a mi pueblo en Italia. Lo que me ha resultado fascinante y también sorprendente es que la gente me haya acogido y apoyado casi sin conocerme. Me siento afortunada de estar aquí.
– ¿Qué proyectos de vida tienes para Fuente Palmera?
Bueno, tanto a corto como a largo plazo me gustaría aportar un poco de mí, a lo que me entrego, que es el yoga y el reiki. Me encantaría dar a conocer y dar clases a personas de todas las edades, sobre lo que son estas dos disciplinas, la meditación, reconectar con el cuerpo, la respiración… Me pondré en contacto con asociaciones, Ayuntamiento… para ello porque sería necesario un espacio. No obstante, estoy abierta a cualquier otra oportunidad laboral, y mientras el trabajo me permita estar aquí, estaré en Fuente Palmera.
– ¿Has tenido tiempo estos meses de conocer la historia de la Colonia?
Sí, un poco por encima. Me ha parecido muy curioso que entre los primeros pobladores hubiera italianos… y que se conserven aún los apellidos. Todavía, lo confieso, no me sé los nombres de todos los núcleos (risas). Y me sorprende gratamente que a Fuente Carreteros se la conozca históricamente como ‘la aldea de los italianos’. Todo esto suma para que mi vínculo con estas tierras vaya creciendo y ojalá pueda quedarme mucho tiempo.