Fuente Palmera ha tenido el honor de ser el primer pueblo de Córdoba y de las Nuevas Poblaciones de Andalucía donde se proyecta esta obra, la cual se estrenó el 12 de julio en La Carolina, luego pasó por otro pueblo jiennense de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y ayer sábado recaló en La Carlota. «El sueño de Olavide» es una producción de Cedecom para Canal Sur TV, por lo que se emitirá en la cadena autonómica próximamente, aunque la fecha no está concretada.
Además, pudimos contar con la presencia de su director y guionista, Eterio Ortega Santillana, burgalés de nacimiento y con más de treinta años de dilatada carrera en el mundo del cine, haciendo pareja en muchos trabajos con el director vasco Elías Querejeta. Entre sus películas cabe destacar la trilogía sobre el terrorismo en el país vasco (Asesinato en febrero; Perseguidos; y Al final del túnel) y más de cien documentales.
La historiadora e investigadora cordobesa, cronista oficial de Ochavillo del Río y que, por supuesto, se considera una colona más, Maribel García Cano, presentó a Eterio Ortega después de que el concejal de Cultura, Quique González, presentara el evento ante casi un centenar de personas. Vecinos y vecinas de La Colonia, much@s de ell@s vinculad@s al mundo de la cultura, los dos cronistas oficiales de Fuente Palmera, Francisco Tubío y Manuel García, y las también concejalas del equipo de gobierno, Marta Montenegro y Sonia Rovira, se hallaban entre el público.
Como antesala a la proyección de la película, el Coro de la Asociación de Mayores San Isidro Labrador interpretó su versión del himno de las Nuevas Poblaciones, donde introduce a las localidades de Fuente Carreteros, Ochavillo del Rey y Prado del Rey, tal como recordó su director, Jesús Pilo.
«El sueño de Olavide», de una hora y media de duración, se puede catalogar de casi largometraje y su título refleja fielmente el proceso y espíritu de la colonización, teniendo como hilo conductor a su principal valedor.
La película relata de una manera oral lo sucedido hace 252 años. Una visita guiada al Museo de La Carolina es el punto de arranque de una cinta que cuenta, además, con la colaboración de historiadores, cronistas y expertos en la materia con el objetivo de hacer un fiel relato de la vida de Pablo de Olavide y del proceso de la fundación de las Nuevas Poblaciones. Además de las opiniones de los investigadores, el autor se apoya también en las tradiciones y costumbres, como los Huevos Pintados y El Baile de Los Locos, este último con una pincelada al final del documental. A lo largo del mismo aparecen enclaves tanto de Fuente Palmera como de Fuente Carreteros, además de varias secuencias de los archivos municipales de Fuente Palmera, con la intervención de Maribel García Cano.
Eterio Ortega conoció la historia de las Nuevas Poblaciones mientras grababa “Entre olivos” y se dio cuenta de que merecería la pena contarla. De esta forma, la película documental cuenta cómo se intentó instaurar el régimen ilustrado en la zona. Y no solo eso, sino que también mira al futuro al plantear qué es lo que se está haciendo para que las nuevas generaciones cuenten su historia. Una de las estudiosas de la colonización y coordinadora del Congreso Internacional de las NNPP que se celebró por la efemérides del 250 Aniversario, Adela Tarifa, dejó caer que el fenómeno de la fundación de las Nuevas Poblaciones bien podría aspirar a ser Patrimonio de la Humanidad, ya que fue algo único hasta el momento en la historia de Europa.
A la finalización de la película, se abrió un breve coloquio entre el público y el director, en el que Eterio Ortega comentó que recibió bastante ayuda por parte de historiadores y expertos en la colonización para poder realizar el guión, además de llevarse a muchos amig@s de esta aventura. También señaló que la historia es tan rica que se podría hacer una película en cada municipio.
Por último, Maribel García Cano apuntó que el sueño de Olavide se cumplió, y la prueba más fehaciente es la existencia hoy de 30 de los 60 pueblos, núcleos, aldeas y departamentos que se fundaron hace 250 años, lo cual también fue gracias al esfuerzo y al sudor de los primeros colonos, que transformaron aquellos baldíos en tierras prósperas y cultivables.